Ya tenemos ordenadores, pero necesitamos que sean más rápidos. Este es, de hecho, uno de los objetivos que persigue este grupo de ingenieros de la Universidad de Michigan. Llevan mucho tiempo intentando crear el ordenador más rápido del mundo y parece que ahora están mucho más cerca de conseguirlo.
El equipo ha trabajado en un sistema con el que pueden controlar los pulsos de luz en femtosegundos (un quatrilionésimo de segundo) para mover los electrones de una manera más rápida. Para los investigadores de Michigan esto es un paso adelante en el campo de la electrónica de ondas de luz y por supuesto, en el terreno de la computación cuántica.
Los ordenadores actuales se mueven a través de semiconductores que, chocando entre sí, liberan energía calorífica. El sistema no es demasiado eficiente y pierde fuelle. En esta ocasión, lo ingenieros habrían trabajado con unos cristales de seleniuro de galio. Estos funcionan como semiconductores, en los que se introducen pulsos cortos de láser. De este modo, los electrones pueden moverse una intensidad más alta hasta el siguiente.
Con este sistema, los electrones emiten pulsos más cortos y estos pueden usarse para leer y escribir de forma más rápida la información a los electrones. Para conseguirlo, eso sí, hay que controlar los pulsos. El equipo de Michigan ha descubierto que al cambiar la orientación de los cristales, es posible controlar dónde van los electrones y cómo se mueven.
Estos pulsos de femtosegundos son lo suficientemente rápidos como para interceptar un electron y manipularlo. Esto puede resultar especialmente útil a la hora de realizar cálculos cuánticos.

Con esta tecnología podríamos descubrir planetas mucho más rápido
¿Para qué serviría esta tecnología?
Pero, ¿para qué servirían todos estos avances en términos prácticos? Para que todos podamos entender cómo se aplicarían estas tecnologías, hay que pensar en avances a lo grande.
Los ordenadores funcionarían 100.000 veces más rápido que los actuales y esto lo cambiaría todo. Podríamos descubrir planetas lejanos mucho más rápido e incluso en el campo de la medicina, diagnosticar enfermedades de una manera más ágil y eficiente que en la actualidad.
De momento, todo hay que decirlo, todavía falta mucho para que estas tecnologías puedan llevarse a la práctica científica. Hay que trabajar mucho más en la evolución de las tecnologías, aunque lo conseguido hasta hoy ha supuesto para nosotros un avance enorme.