Encuentran planetas que pueden albergar vida, ¿y ahora qué?

El descubrimiento del sistema planetario TRAPPIST-1 desvelado a finales de febrero por la NASA ha vuelto a llevar actualidad a la cuestión de la vida más allá de La Tierra. Vida que pudiéramos encontrar, pero también -y por ahora sobre todo- vida que pudiéramos “exportar”. ¿Qué pasa si encontramos señales de vida en otro planeta? ¿Y qué pasa si encontramos un planeta con atmósfera respirable y agua donde pudiéramos vivir?

La nueva Tierra

Los cientí­ficos están cada vez más convencidos que la pregunta ya no es si se encontrará un planeta de ese estilo, sino cuándo. Encontrar vida más allá de la microbiana no parece sencillo, y a distancia parece imposible. Aunque tal vez haya alguien a millones de años luz nuestro que se hace la misma pregunta ahora mismo.

Pero encontrar un planeta “habitable” parece totalmente posible. De hecho alguno de los exoplanetas (planetas fuera de nuestro Sistema Solar) detectados, como esos tan recientes, parecen prometer un gran parecido en cuanto a constitución con La Tierra. Es decir, con atmósfera más o menos respirable (por lo menos, densa y estable), y con temperaturas y presiones compatibles con el agua en estado lí­quido.

exoplanetas NASA

Ahora mismo hay mucha expectación con los próximos viajes a Marte. Incluso se vuelve a hablar de colonias lunares como hace cuarenta años. Pero sabemos que ni la Luna ni Marte son hábitats compatibles con la vida tal como la conocemos. Hacer Marte habitable serí­a un reto enorme, seguramente imposible. Pero si encontramos un planeta más alejado donde sí­ podrí­amos instalarnos sin modificar su atmósfera, o apenas… ¿por qué no ir allí­?

Calendario

Cuando se lance a finales de 2018 el telescopio espacial de infrarrojos Webb (heredero de los ya conocidos Hubble y Spitzer), nuestra capacidad de observación mejorará enormemente. En unos años habrá información suficiente para determinar cuáles de los exoplanetas descubiertos hasta ahora podrí­an acogernos. Es decir, que en solamente unos cinco a diez años, podrí­a llegar el descubrimiento de esa deseada Nueva Tierra.

El cine, la ciencia ficción, como siempre va por delante. A veces va tan por delante que se pasa de imposible, pero… lo que ahora parece imposible podrí­a ser normal en unos años o siglos. La coincidencia ha querido que tuviéramos en las carteleras una pelí­cula, “Pasajeros” (“Passengers”), a la vez que se hací­a público el descubrimiento del sistema TRAPPIST-1.

En la pelí­cula, Jennifer Lawrence y Chris Pratt se apuntan a una aventura para colonizar un nuevo mundo. Según el guión de la ficción, se van a un planeta habitable similar a La Tierra que está a 60 años luz, y en el viaje tardan 120 años porque la nave viaja “sólo” al 50 por ciento de la velocidad de la luz. Pues ahora todo parece menos ficción, pues los planetas recién descubiertos están a 40 años luz…

La nave más rápida

¿Cuánto es lo más rápido que ha ido una nave humana? Pues bastante… pero todaví­a muy lejos de lo necesario para alcanzar otras estrellas en tiempos razonables. Las naves de exploración del Sistema Solar y más allá que se han lanzado desde los años 1970, a base de impulsos con la gravedad de otros planetas o el propio Sol, han alcanzado unos 70 km por segundo. En 2018 la NASA planea una misión (Solar Probe Plus) que orbitará muy cerca del Sol para estudiarlo, y cuando lo haga viajará a unos 200 km/s, es decir, 720.000 km/h.

¿Te parece muy rápido? No lo es tanto: la luz viaja a 300.000 km/s en el vací­o. Es decir, nuestra nave más rápida con diferencia de la historia se moverá en un par de años a menos de una milésima parte de la velocidad de la luz. O sea: tardarí­a 40.000 años en llegar a TRAPPIST-1. Demasiado tiempo para nuestra civilización.

sistema Trappist-1

Existe ahora mismo un proyecto para enviar una nave a la estrella más cercana. Lo encabezan el fí­sico Stephen Hawkins y el millonario ruso Yuri Milner. La estrella es Alfa Centauri, que está a 4’37 años luz (40 billones de kilómetros), y el plan es que la nave viaje a una quinta parte de la velocidad de la luz. Tardarí­a pues veinte años en llegar, y la impulsarí­a un rayo láser ultrapotente lanzado desde La Tierra, una vez la nave en órbita. Estamos hablando de una nave de peso minúsculo, algo así­ como una hoja de papel con un nano-ordenador a bordo.

Soluciones

Una de dos: o encontramos un planeta más cerca (se antoja complicado pero no imposible), o aprendemos a viajar más rápido (posible pero queda muchí­simo camino). Y, por supuesto, está el otro problema: hay que descubrir cómo sobrevivir a un viaje de tantos años. O la criogenización se convierte en realidad (ahora mismo muy lejana), o viajan familias (llega una o varias generaciones posteriores). O, tal vez, se enví­an cultivos con la esperanza de que aparezca y evolucione vida como la terrestre… La ciencia ficción se ha ocupado de hacernos creer (o pensar) que así­ podrí­amos haber aparecido nosotros.

Candidatos conocidos

Se han descubierto muchos planetas más allá de nuestro Sistema Solar, algo que no hace tanto tiempo no se tení­a claro si era posible. Pero algunos son destacables por un motivo u otro. Veamos cuáles son los mejores candidatos para albergar vida o los más remarcables, y por qué.

En primer lugar de esta lista están los planetas del sistema TRAPPIST-1, tan recientemente descubiertos. Es un sistema de siete planetas orbitando muy cerca de una estrella relativamente cercana (40 años luz) de La Tierra. Como esa estrella es vieja (una enana roja) no está muy caliente. Por eso los planetas, orbitando tan cerca, tienen temperaturas razonables y compatibles a priori con la vida.

Más lejos

El sistema Kepler-11 fue el primer “sistema solar compacto” que se descubrió gracias al telescopio espacial Kepler. Desveló que era posible un sistema estable mucho más compacto que el nuestro, con todos los planetas orbitando más cerca de lo que lo hace Mercurio en el Solar. Esto despertó nuevas ideas y formar de mirar las estrellas buscando planetas alrededor, de ahí­ por ejemplo el TRAPPIST-1. También cambió cómo se pensaba que se podí­an formar planetas y sistemas planetarios parecidos al nuestro.

sistema Kepler 11

Kepler-186f fue el primer planeta descubierto “parecido” a La Tierra. Por tamaño, densidad (rocoso), y temperatura, compatible con agua en estado lí­quido por su distancia a su estrella o sol (Kepler 186, “f” es porque es el sexto planeta en su órbita). No se sabe cómo es su superficie, pero no está cerca: 492 años luz.

Por último, dentro de lo razonablemente posible, Kepler-22b es un planeta prometedor: es 2’4 veces del tamaño de La Tierra y su año solar dura 289 dí­as. Parece que está a temperatura compatible con agua lí­quida, y según algunas teorí­as su superficie podrí­a ser toda agua. Su descubrimiento en 2011 fue un impacto, pero está muy lejos: 600 años luz.

Kepler 22b

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