Gobierno estadounidense contra las aplicaciones GPS

El gobierno estadounidense está dispuesto a entrar de lleno en el control de las aplicaciones de los teléfonos inteligentes. Así­ lo confirma una reciente filtración en la que se ha dado a conocer el elevado interés que tiene el Departamento de Transporte de Estados Unidos por obtener carta blanca para controlar las aplicaciones de GPS de los móviles bajo su propio criterio. De llevarse a cabo esta medida, el gobierno tendrí­a la posibilidad de aplicar restricciones y cambios a las aplicaciones que considerara que se alejan de su normativa.

Dejando a un lado todas las especulaciones que surgen a partir de esta noticia, ciertamente todo parece apuntar a que los legisladores estadounidenses únicamente quieren que las aplicaciones de GPS estén diseñadas teniendo en cuenta la seguridad de los usuarios que las utilizan en el coche. Allá por el año pasado, el Departamento de Transporte de Estados Unidos publicó una guí­a indicando a los desarrolladores de estas aplicaciones que una simple interacción en la aplicación no deberí­a llevar al usuario más de dos segundos. Este pequeño lapso de tiempo supone una distancia recorrida de aproximadamente 50 metros a una velocidad cercana a los 100 kilómetros por hora. Toda interacción que conlleve más tiempo de distracción al conductor puede convertirse en un verdadero peligro para todos los usuarios de la carretera.

Gobierno estadounidense contra las aplicaciones GPS

Por ahora no existen más detalles respecto a esta medida, aunque resulta bastante probable que en el caso de que llegara a convertirse en realidad las primeras aplicaciones en verse afectadas serí­an Google Maps y Waze. En principio se tratarí­a de una medida que obligarí­a a los desarrolladores de estas aplicaciones a consultar previamente al gobierno estadounidense antes de introducir ninguna novedad en la interfaz.

Como suele ser habitual en estos casos, poco han tardado en comenzar a aparecer las primeras acusaciones que señalan al gobierno estadounidense de querer crear una brecha digital entre los desarrolladores de aplicaciones y los grandes fabricantes de coches. Estas acusaciones defienden que el único interés de una medida de este tipo es prohibir el uso de las aplicaciones de GPS durante la conducción para así­ incentivar el uso de los navegadores de los coches (con el consecuente incremento de los beneficios que supondrí­a un aumento de la compra del navegador en los coches nuevos). Se trata de una teorí­a de notablemente dudosa credibilidad teniendo en cuenta lo difí­cil que serí­a limitar por completo el uso de las aplicaciones de navegación desde el móvil dentro del coche.

Por ahora solamente sabemos que estamos hablando de una medida que todaví­a debe pasar por varias fases hasta llegar a convertirse en realidad. Aún así­, deberemos estar atentos a todas las novedades que se produzcan en este ámbito, ya que tarde o temprano estas mismas normas podrí­an extenderse al resto del mundo.

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