Cuando uno se da una vuelta por los principales modelos de cámaras de las grandes marcas se encuentra cosas buenas, muy buenas y regulares, pero en un mismo segmento y en el mismo tiempo, sobre todo se encuentra cosas iguales, o muy parecidas. Será por eso que nos llama tanto la atención la Sony A7S, que se presentó hace un mes y de la que Sony ha hecho público hoy el día de lanzamiento y el precio.
Y es que la Sony A7S tiene unas cuantas cosas raras. Para empezar tiene un sensor de formato completo, lo que solemos llamar Full Frame, que es el que encontramos en las cámaras de fotos profesionales de todas las marcas, pero la resolución del sensor es muy baja: apenas 12 megapíxeles. No es que los japoneses se hayan tomado muy a pecho eso de que la guerra de los megapíxeles ha acabado, la explicación es bastante mejor.
La Sony A7S es una cámara de fotos, una buena, pero es casi más una cámara de vídeo, o más bien de cine. La baja resolución del sensor consigue que el flujo de información que sale del sensor cuando se graba vídeo sea más pequeño. Esto tiene un par de efectos secundarios bastante interesantes. Por una parte podemos aprovechar más los pocos píxeles que quedan para grabar, y subir la resolución hasta el 4K .
El 4K puede que sea el futuro, pero por el momento nos queda un poco lejos. Y es que nos faltan contenidos y reproductores en casi todas partes. Más interesante resulta la compresión del vídeo. Prácticamente todas las cámaras comprimen el vídeo que graban, es casi imposible no hacerlo a partir de determinada resolución. La Sony A7S saca la señal en formato 4:2:2 que es, para entendernos, bastante menos comprimida que las cámaras de este segmento, y a la altura de las mejores cámaras profesionales del mercado. Será por eso que Sony la ha enseñado «tuneada» con todos los accesorios propios de la grabación profesional de vídeo.
Por la resolución del sensor y las prestaciones del vídeo parecería que las Sony A7S no sirve para hacer fotos, pero lo cierto es que puede hacerlo y muy bien. Con esos 12 megapíxeles puede tomar fotos con un tamaño máximo de 4240 x 2832 puntos. Si esto nos parece poco no hay más que recordar que la mayor parte de las fotos que hacemos no sale de las pantalla de nuestros ordenadores o televisores, y todos tienen una resolución de pantalla menor que eso.
Y hay otro efecto positivo en eso de tener un sensor grande con pocos píxeles. Al tener unos fotolitos bastante más grandes de lo normal, estos captan la luz con más facilidad, y se puede subir la sensibilidad del sensor si la oscuridad nos ha sorprendido con la cámara en las manos. En este caso estamos hablando de alcanzar un valor de 409.600 ISO. En una cámara réflex de gama media no solemos pasar del ISO 6.400, en una profesional podemos llegar a los 100.000. En este sentido la A7S juega en otra liga.
Con estas prestaciones, ha sorprendido el precio que tendrá al final la cámara. Todavía no sabemos lo que costará en nuestro país, pero al otro lado del charco valdrá 2.500 dólares. Es el mismo rango de precios en el que se mueven los modelos bajos de la gama profesional de otras marcas, que tienen prestaciones similares en el ámbito de la foto (con resoluciones mayores, eso si), pero que no están ni cerca de ofrecer la calidad de vídeo que tiene la Alpha 7S. La cámara se podrá comprar a partir del próximo mes de julio.