Lenovo Yoga 13, lo hemos probado

Es un portátil y es una tableta. Un equipo flexible que se dobla y se estira para adoptar todas las posiciones de pantalla que puedas pensar. Una propuesta valiente y atractiva con la que Lenovo se ha comenzado a hacer un nombre dentro del campo de consumo, por lo menos fuera de su tierra natal. Y otro de los dispositivos con Windows 8 que intentan unir el mundo de los PC y los tablets para satisfacer las necesidades de un mercado cambiante. No obstante, el Yoga cuenta con muchos detalles que pueden invitar a realizar la inversión. Hemos tenido la ocasión de probar en profundidad este portátil convertible. Te contamos nuestras conclusiones.

Diseño y pantalla

Sin duda, el principal caballo de batalla de Lenovo es su diseño. En apariencia un portátil normal, su pantalla de 13,3 pulgadas se une a la zona del teclado con unos soportes metálicos que permiten girar por completo el panel, y convertir al equipo en un tablet de mayor tamaño. Por el camino nos podemos encontrar otras posturas, como por ejemplo la de tienda de campaña para ver contenidos multimedia de forma más cómoda mientras estamos tumbados en la cama. Todo ello con un diseño bastante fino y ligero. Las dimensiones del Lenovo Yoga 13 son de 33,3 x 22,4 x 1,6 centí­metros y su peso asciende hasta los 1,54 kilos. Estas cifras lo convierten en un equipo bastante manejable incluso cuando lo utilizamos en el modo de tableta, aunque sigue teniendo un tamaño que puede resultar algo incómodo si vamos a utilizar a menudo este formato. A pesar de la flexibilidad del Yoga, nos ha parecido un equipo bastante resistente.

En el aspecto de la pantalla, contamos con un panel táctil IPS de 13,3 pulgadas con una resolución de 1.600 x 900 pixels, una cifra bastante buena yae aporta un mayor nivel de detalle que los paneles estándar de este tamaño. Además, al ser de naturaleza IPS ofrece un buen ángulo de visión de 178 grados. De esta forma, podremos visualizar los contenidos del portátil desde casi cualquier posición. Otro de los aspectos que nos han gustado es el brillo del panel, con el que se consiguen buenos resultados incluso cuando lo usamos en exteriores con la luz solar. Eso sí­, su pantalla es de tipo «glossy», que resulta atractivo en un primer momento pero que puede llegar a ser más molesto por los reflejos que se generan (sobre todo si no trabajamos con el brillo del equipo al máximo).

Potencia y memoria

El Lenovo Yoga 13 incorpora un procesador Intel Core i5-3317U de doble núcleo con una potencia de 1,7 GHz por núcleo. Gracias a la tecnoloví­a Hyper-Threading se puede trabajar como si en realidad se contara con cuatro núcleos, mientras que la tecnologí­a Turbo Boost 2.0 eleva la potencia hasta los 2,5 GHz. Esto se une a una memoria RAM de 8 GB para permitir un rendimiento muy bueno a la hora de hacer uso de varias aplicaciones al mismo tiempo. Como ocurre con una gran mayorí­a de los ultrabooks y dispositivos convertibles del mercado, podremos correr la mayorí­a de las aplicaciones de escritorio y muchos de los juegos modernos, eso sí­, con las opciones de juego menos potentes. En nuestras pruebas, hemos constatado una tendencia del Yoga de calentarse de más en la zona donde se pliega la pantalla para pasar a modo tableta, y que puede llegar a resultar algo incómodo cuando lo utilizamos sobre las rodillas.

La memoria del equipo de Lenovo asciende a los 128 GB en formato SSD, un formato que se está convirtiendo en el estándar tanto en los portátiles como en las tabletas de mayor potencia y que ofrece una velocidad de arranque del sistema y del acceso a los datos mayor que la que se puede conseguir con un disco duro tradicional. Además, como no tienen partes móviles se produce menos desgaste y son más fiables y duraderas. En este caso, el rendimiento de la SSD es bastante bueno, aunque no es de los más rápidos que hemos probado en los últimos meses. Sea como fuere, gracias a esta memoria podrás iniciar el equipo en cuestión de segundos.

Sistema operativo y aplicaciones

Como ocurre con la mayor parte de los dispositivos convertibles que están llegando al mercado durante los últimos meses, el Lenovo Yoga 13 utiliza el sistema operativo Windows 8. Microsoft ha procurado crear una plataforma capaz de combinar las posibilidades de una pantalla táctil con el rendimiento de la plataforma de escritorio, con un resultado que ha generado muchas polémicas. Precisamente, la compañí­a asiática ha decidido reforzar todos sus equipos devolviendo el menú de inicio a la interfaz clásica. A pesar de estos problemas, hay que reconocer que la plataforma de Microsoft ha permitido que los fabricantes tengan mucha más flexibilidad a la hora de diseñar equipos, y ha hecho que las barreras entre los portátiles y los tablets se difuminen. El gran problema a nuestro entender lo encontramos en la tienda de apps de Windows 8. Y es que a pesar de que se ha trabajado mucho para mejorar este portal, todaví­a no se alcanza la misma calidad que otras tiendas como la de Android o iOS. Esto dificulta que los usuarios se decidan a abandonar progresivamente el uso del escritorio y apuesten más por la interfaz táctil Metro. Eso sí­, el hecho de poder contar con todo el universo de programas de escritorio (es compatible con la inmensa mayorí­a de aplicaciones que funcionaban con Windows 7) resulta una ventaja  muy atractiva.

Multimedia y conectividad

El Lenovo Yoga 13 incorpora dos altavoces de 1W para la audición de sonido. Como en el caso de muchos portátiles, se aprecia una falta de potencia que puede reducir su utilidad en posiciones como la de tienda para visualizar pelí­culas o escuchar música. Por lo demás, la nitidez del audio está en la media con otros equipos del mismo rango, sin resultar sorprendente. Además, este equipo cuenta con una cámara web de 1 megapixel de resolución para realizar videoconferencias con aplicaciones como Skype o Hangouts. En el campo de las conexiones, incorpora un puerto USB 3.0 y otro USB 2.0 (el protocolo USB 3.0 alcanza tasas de transferencia diez veces más rápidas con dispositivos compatibles). También tiene un puerto HDMI de tamaño completo y una ranura para leer tarjetas SD. La conexión a Internet se realiza a través de WiFI (no tiene puerto Ethernet para conectarlo por cable) y también cuenta con Bluetooth. Se trata de un conjunto algo limitado de conexiones, pero en este equipo se ha querido primar el diseño y la finura del portátil antes que aumentar los conectores.

Autonomí­a, precio y opiniones

Según Lenovo, este equipo alcanza una autonomí­a máxima de 8 horas. En nuestras pruebas aguantaba un tiempo cercano a las cinco horas, conectándolo a la red, utilizando el navegador y algún ví­deo ocasional y con el brillo cerca del máximo. Estos tiempos nos permitirán utilizarlo en desplazamientos más largos y se trata de una cifra que se sitúa algo por encima de la media, aunque todaví­a se echa en falta en la mayorí­a de los portátiles del mercado que puedan competir directamente con los tablets en tema de autonomí­a. El Lenovo Yoga 13 está disponible en España por un precio que parte de los 1.000 euros.

En definitiva, el Yoga nos ha parecido un equipo bonito, ligero y muy versátil. El sistema para doblar la pantalla es bastante resistente y el uso en forma de tableta bastante cómodo para el tamaño de 13 pulgadas. También nos gustarí­a destacar su memoria RAM y el teclado, con una buena separación entre las teclas y retroiluminado. Si estás pensando en comprar un portátil nuevo y quieres disfrutar de Windows 8, el Lenovo Yoga 13 es una opción muy a tener en cuenta.

Ficha técnica