canal Powershot G16

Hay compactas y compactas. La idea que muchas veces nos hacemos de estas cámaras es la de un gadget barato que hace fotos de calidad media y sencilla de utilizar. Pero hay otra gama, la de las cámaras compactas, al menos en su tamaño, pero pensadas para fotógrafos que saben lo que se hacen. Esta Canon PowerShot G 16 entrarí­a sin duda en esta segunda categorí­a. Y es que los números que la hacen especial no son precisamente los que más venden en las tiendas (tiene un sensor de 12 megapí­xeles y un zoom de cinco aumentos), sino los que hacen que los profesionales de la fotografí­a se interesen: objetivo luminoso y un sensor de buen tamaño.

Lo del tamaño del sensor tiene poco que ver con los megapí­xeles, pero es de las cosas que nos hacen saber si una cámara merece la pena. En este caso se trata de un CCD 1/1.7″, el mayor tamaño de sensor que solemos encontrar en cámaras compactas. Tiene una resolución máxima de 4.000 x 3.000 pí­xeles, con un total de 12,1 megapí­xeles. Es una resolución relativamente baja para un tamaño de sensor como este, pero no por ello insuficiente. Más bien parece que Canon ha decidido dar prioridad a la calidad por encima de marketing a una cámara que no tiene como objetivos los fotógrafos aficionados.

En cualquier caso, no hay nada como echar las cuentas para asegurarse de que no nos quedamos cortos con los megapí­xeles. Con esta resolución (4.000 x 3.000) podrí­amos imprimir una foto en alta calidad de imagen (300 puntos por pulgada) de hasta 34 x 25 centí­metros. Si rebajamos un poco la calidad hasta valores más habituales podrí­a se incluso más grande. Pero si lo que vamos a hacer con la foto es verla en un monitor de ordenador podemos estar más tranquilos si cabe, ya que es muy difí­cil encontrar pantallas que superen los 1.920 x 1.080 puntos.

Canon PowerShot G16

Lo de poner una menor cantidad de pí­xeles en un sensor más o menos grande tiene algunas ventajas, como reducir el ruido en sensibilidades altas. La Canon PowerShot G16 puede subir hasta un valor de 12.800 ISO. Esto permite hacer fotos con muy poca luz sin necesidad de recurrir al flash integrado. Otro de los factores que ayuda a reducir el ruido es el procesador de imagen, uno de los más avanzados de la marca japonesa.

Pero lo ideal en cualquier caso es no tener que forzar la sensibilidad, y para eso o tenemos mucha luz o contamos con un objetivo muy luminoso. La lente es otro de los aspectos que más llama la atención de esta cámara. Se trata de un zoom de cinco aumentos, que en fotografí­a tradicional llamarí­amos 28 – 140 mm. No es el zoom más largo del mercado, pero es que tampoco juega en esa liga. Lo que si es bastante positivo es la apertura máxima, que se corresponde con valores f. 1.8/2,8. Es bastante luminosidad para el objetivo de una compacta, y permite jugar mucho con efectos como la profundidad de campo.

Y es que es una cámara para gente que entiende de fotografí­a, por eso encontramos los mismo controles manuales que estarí­an presentes en una cámara réflex. Podemos cambiar la velocidad de obturación, la apertura del diafragma, la velocidad o controles avanzados de exposición, para hacer que nuestras fotos se correspondan mejor con nuestra idea. Además cuenta con algo que los fotógrafos consideran fundamental: el RAW. La mayor parte de las compactas generan archivos JPEG, más ligeros y «bonitos» ya que han pasado por el procesador de imagen. Sin embargo, en este proceso se pierde una gran cantidad de información, imprescindible para el retoque fotográfico. Por eso existe el RAW, un formato que es en realidad la ausencia de cualquier formato, simplemente un archivo que almacena toda la información que genera la cámara cuando toma una foto.

Canon PowerShot G16

El cuerpo y la estética de esta cámara recuerdan a otra época de la fotografí­a, cuando todo era más manual y elaborado. A pesar de ello, la marca japonesa ha incluido una de las tecnologí­as más de moda estos dí­as: la conexión WiFi. Es bastante habitual encontrar ya hoy este complemento en las cámaras de bajo coste, pero aun se resiste a aparecer en los modelos más avanzados. Gracias a ella podemos compartir las fotos directamente por correo o redes sociales si tenemos una red WiFi disponible, o vincular la cámara con el smartphone para hacerlo si estamos lejos de casa.

La Canon Powershot G16 estará en los escaparates de las tiendas a finales del mes de septiembre, y tendrá un precio de unos 600 euros. Es un precio alto para una cámara compacta, pero es que no es una compacta al uso, sino un complemento a una réflex en manos de profesionales, o una cámara de alto nivel pero pequeño tamaño al alcance de aficionados entusiastas.

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