Parece que Microsoft se prepara para emprender un importante cambio en su organización interna. Así lo ha anunciado su CEO, Steve Ballmer, en una carta dirigida a los accionistas en la que les tranquiliza sobre el futuro de la compañía y adelanta que la reestructuración convertirá Microsoft en una empresa de «servicios y dispositivos». Al mismo tiempo que daba tranquilidad hacia fuera, sembraba la inquietud de puertas adentro, señalando que dentro de esos planes de cambio algunos de los nombres de la ejecutiva se verían afectados, ya sea asumiendo nuevos retos o, directamente saliendo de la compañía. El cambio estaría previsto para el próximo 1 de julio.
Microsoft busca centrarse en lo que considera son sus mayores valores de cara al sector: los dispositivos inteligentes mucho más intuitivos (como los smartwatches) y el cloud computing, representado por su plataforma SkyDrive. Sin duda un cambio sustancial para una compañía que, desde sus inicios, estuvo enfocada fundamentalmente en el sotfware.
Entre los nombres que se barajan para ponerse al frente de estos cambios estarían los de Tony Bates, actual director de Skype, Satya Nadela, responsable de la división de servidores y herramientas, y Don Mattrick, responsable, entre otras cosas, de la Xbox. Esto aventura la posibilidad de que los futuros focos de la empresa estén en Skype, la consola Xbox y la tablet Surface, todo esto a pesar de que Rick Sherlund, analista de Nomura Equity Research, recientemente aconsejaba a la compañía en un informe vender tanto Bing como Xbox.
Dentro de estos aires de cambio, en pocos días se espera que la compañía de Redmond presente sus mejoras para Windows 8, en la conferencia que tiene lugar anualmente en San Francisco, en forma de la actualización Windows 8.1. Microsoft podría estar buscando renovar (o, incluso cambiar) fuertemente esta división, dándoles tanto a Windows como a Windows Phone, el papel predominante que, hasta hace algún tiempo, solían tener los SO de la casa. La precaria situación de Nokia, una de las pocas compañías que decidió apostar fuerte en sus dispositivos por Windows Phone, no ha ayudado precisamente a que su SO gane en los smartphones la cuota de mercado que ha perdido con la caída de los PCs. Parece ser, incluso, que estuviesen planeando desvincular la marca Windows de las tabletas Surface, con lo cual pasarían a llamarse, exclusivamente, Surface RT o Surface Pro. La experiencia previa de la consola Xbox podría ser un aliciente, ya que esta, aunque pertenece a Microsoft, no muestra ningún tipo de vinculación a la marca.
Ahora sólo queda esperar al 1 de julio para ver dónde y cómo decide Microsoft poner el acento de la compañía en el futuro. Para comprobar éxito del nuevo rumbo de la nave, habrá que esperar algo más.