Diciembre de 1982. La amarga participación de España en el Mundial de Fútbol organizado en casa queda ya lejos. Hace sólo un mes que Michael Jackson ha lanzado al mercado su álbum Thriller, sin saber que se convertiría en el más vendido de la historia de la música. Mientras, en los cines, la película E.T. El Extraterrestre arrasa emocionando a millones de personas que no quieren que el pequeño alien suba a su nave despidiéndose para siempre de Elliot. En nuestra época es muy normal que una película de gran fama vea su imagen reflejada en un videojuego y aprovechando el tirón de la misma, arranque unas cuantas y rentables ventas a base de un título (por lo general) hecho deprisa y corriendo destinado a un consumo rápido y condenado su posterior olvido.
Hoy, en diciembre de 2012 se cumplen 30 años del lanzamiento del considerado peor videojuego de la historia. Un título basado precisamente en la película E.T. El Extraterrestre, del que se esperaba un arrollador éxito de ventas y que finalmente derivó en un estrepitoso fracaso. Que no sólo sumió a la compañía Atari en la bancarrota, sino que fue uno de los detonantes de la mayor crisis financiera de la industria de los videojuegos. Una industria que tardó dos largos años salir de su letargo para ganarse de nuevo la confianza de los clientes.
Cuando en junio de 1982 la gente inundaba los cines riendo y llorando con la película E.T. El Extraterrestre (más de 800 millones de dólares recaudados con un presupuesto de rodaje de 10,5 millones), Atari pensó que su adaptación al mundo de los videojuegos sería un negocio más que rentable. Tras llegar a un acuerdo económico con Steven Spielberg sobre los derechos de la película, la producción del juego E.T. El Extraterrestre se puso en marcha. No obstante las negociaciones se habían demorado más de la cuenta y el videojuego debía estar listo sí o sí para aprovechar la campaña navideña de 1982. Para poder terminar el juego a tiempo, Atari contrató a Howard Scott Warshaw un conocido programador, que ya había obrado el milagro de crear videojuegos adaptados en otras ocasiones, con un margen de tiempo muy limitado.
De esta forma, en tan sólo dos días Howard Scott Warshaw creó la columna vertebral de E.T. El Extraterrestre, el videojuego y en 5 semanas lo completó. Pese a que su jugabilidad era fruto de la inspiración de otros éxitos de la época como Pac-Man, la aventura no llegó a calar en los jugadores. Las cifras de la época hablan de un total de 5 millones de cartuchos de E.T. El Extraterrestre fabricados por Atari. Su llegada a las tiendas se produjo aquel diciembre de 1982 y pese a que la acogida inicial no fue del todo mala, pronto llegaron las devoluciones en masa. El juego estaba mal programado, la jugabilidad era tosca, no tenía sentido y su argumento era un caos, sus gráficos eran penosos incluso para la época y para colmo estaba lleno de bugs (fallos).
La mecánica del juego llevaba a controlar al mismisimo E.T. La misión era la de conseguir juntar tres piezas del ansiado teléfono, que le permitiría «llamar a casa» para sólo así poder regresar a su planeta. Por camino E.T. recogía otras extrañas piezas de las que nunca nadie pudo explicar su utilidad. Se pasaba de pantalla en pantalla de manera ilógica y las piezas aparecían al azar, por lo que el juego parecía más una especie de ruleta de la suerte más que un título de habilidad. Uno de los peligros de E.T. El Extraterrestre llegaba en forma de científicos. Si te atrapaban, E.T. era conducido a una sala de la que se podía escapar sin ningún tipo de dificultad. Por si fuera poco, la vida desaparecía como por arte de magia. Cuando el jugador perdía toda la energía de E.T., el bueno de Elliot aparecía milagrosamente para devolverla. Pero, a cambio y nuevamente sin sentido, se quedaba todas las piezas del teléfono recogidas hasta el momento.
Aunque en aquella época no había Internet, ni emails, ni mensajes de WhatsApp, la noticia corrió como la pólvora y a las devoluciones iniciales del cartucho ideado para la Atari 2600, se sumó un desinterés general por el juego que hizo que Atari se encontrara de pronto con millones de copias almacenadas condenadas a no venderse jamás.
La leyenda que desde entonces recorre sin cesar el mundo de los videojuegos, cuenta que Atari decidió enterrar los millones de copias restantes en un vertedero del desierto Nuevo México, Estados Unidos. Aunque esto ha trascendido como una leyenda urbana, en su día la prensa local informó que 20 camiones cargados con lo que parecían ser videojuegos, habían sido vistos en dicho vertedero. En el único comunicado oficial de Atari al respecto, la compañía detalló que se trataba de software defectuoso y material inservible. Muchos afirman sin ninguna duda que casi 4 millones de cartuchos triturados de E.T. El Extraterrestre descansan sepultados bajo la arena y una gruesa capa de hormigón, en la ciudad de Alamogordo, curiosamente el mismo lugar donde en 1945 se detonó en pruebas la primera bomba atómica de la historia. A nadie se le escapa por tanto, que hoy en día un cartucho en buen estado del videojuego de E.T. El Extraterrestre es una jugosa pieza de colección.
Este caso es el mayor referente a la hora de hablar de la crisis del videojuego, que asoló la industria desde el año 82 hasta el resurgir de la misma gracias en gran parte a la NES de Nintendo y su Mario Bros allá por 1985. Dicha crisis vino motivada por un exceso de consolas en el mercado y una cantidad ingente de pésimos videojuegos que eran realizados en tiempo récord con el afán de conseguir dinero fácil y rápido. Esto provocó una gran desconfianza por parte de los clientes que apunto estuvo de pulverizar una industria de ocio doméstico que no había hecho más que comenzar. Gracias en gran parte al fracaso comercial de E.T. El Extraterrestre, Atari se vio sumida en una enorme crisis financiera, con perdidas superiores a los 500 millones de dólares en 1983 y una caída del valor de sus acciones superior al 35%.
A 30 años de su lanzamiento, las compañías Chillingo y Universal Studios han lanzado una nueva versión del clásico, la cual puede descargarse totalmente gratis para iPhone, iPad y iPod Touch. Aunque poco o nada tiene que ver esta nueva adaptación con el fiasco de 1982, sus responsables pueden dormir tranquilos sabiendo que las copias digitales jamas podrán ser enterradas en el desierto.
Como curiosidad vamos a dejaros con dos vídeos, el primero de ellos es el del protagonista del presente artículo, unos cuantos minutos de E.T. El Extraterrestre el videojuego, jugado por alguien que todavía debe estar en terapia. El segundo de ellos es un curioso videoclip musical que en 2008 sacó el grupo estadounidense Wintergreen, basado en la historia de este videojuego. No tiene desperdicio.