parrot zik auriculares

Un precio de 350 euros puede hacer que muchos posibles clientes se lo piensen. Las conchas de los auriculares Parrot Zik son circulares, acabadas en plástico suave, redondas y gruesas, pero muy ligeras, con almohadillas que rodean perfectamente la oreja. La conectividad está en el auricular de la derecha. Las fijaciones en la diadema sólo se anclan en la parte trasera de la concha, y están hechas de una aleación metálica de primera calidad. La diadema lleva un sutil almohadillado imitación de piel, que resulta muy cómodo sobre todo para escuchas de larga duración. Son ligeros y apenas provocan sudoración.

Philippe Starck ha dedicado la misma energí­a a diseñar el interior y el exterior de estos auriculares para lograr que produzcan una imagen sonora de primera. Los ZIK tienen una electrónica poco frecuente en el mundo de los auriculares, con un chip cargado de algoritmos de procesado digital de señal, no sólo para que el usuario tenga un sonido casi perfecto, sino para que también lo tenga a su gusto. Es el Parrot Concert Hall. Se encarga de presentar la música enfrente del usuario en lugar de a su alrededor, lo que provoca una sensación de encontrarse en una sala de conciertos donde los músicos están delante. Hay otros modos de sala que se puede configurar directamente desde un teléfono móvil mediante una aplicación gratuita y exclusiva, que es compatible con smartphones Android, con el iPhone y con el iPad.

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Otra tecnologí­a implicada en los auriculares Parrot Zik by Philippe Starck es la cancelación de ruido. Existe desde hace mucho tiempo, pero el fabricante ha decidido dar una vuelta de tuerca. Alcanza una reducción de hasta 25 dB y trabaja incluso en condiciones difí­ciles como a bordo de un autobús o un avión. Son auriculares para escuchar música, pero también para hablar por teléfono. Dos micrófonos se van a encargar de grabar el sonido ambiente, y un sistema inteligente decide qué algoritmo aplicar para obtener la máxima eficacia. También determinan el origen del ruido y trabajan sobre las frecuencias culpables. Para las conversaciones telefónicas tiene un sensor de conducción ósea instalado en la almohadilla en un lado del auricular izquierdo. Son auriculares Bluetooth, compatibles con prácticamente todos los teléfonos del mercado, que pueden recibir la música también mediante un cable con clavija minijack, para usarlo conectado a otros equipos de casa o a un sistema de avión.

Analiza las frecuencias procedentes de los huesos de la mandí­bula para aislar las correspondientes al habla; así­ consigue que la comunicación sea perfecta. Por lo demás. Dispone de un sensor de movimiento que detecta de la posición de la cabeza. Con un solo gesto, el usuario puede pausar la música. Con los auriculares alrededor del cuello, y se puede hablar a través del teléfono. Para que suene de nuevo la música no hay más que agitar de nuevo la cabeza. La concha del auricular derecho es una enorme superficie táctil. El usuario no tiene más que mover un dedo hacia arriba o abajo para controlar el volumen. Si el movimiento es horizontal, se salta a una canción anterior o posterior. Para responder llamadas sólo hay que dar dos pequeños toques, y para rechazar llamadas, tocar continuadamente durante dos segundos. También tiene un puerto USB. ¿A qué ahora parecen baratos?

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