pelí­culas

Durante más de tres décadas, el consumo de cine en casa ha estado dominado por el alquiler y la compra de pelí­culas en cintas y discos. Sin embargo, los espectadores están migrando desde los soportes fí­sicos a Internet. En este cambio de hábitos han influido servicios de ví­deo en lí­nea como Netflix, Hulu o Amazon Prime, entre otros. Suelen funcionar siguiendo un modelo de suscripción con periodicidad mensual o anual;  a cambio de una cantidad fija de dinero, da derecho a ver todas las pelí­culas y series de televisión bajo demanda que el cliente quiera.

Estas fórmulas de pago para ver pelí­culas en lí­nea están restando cada vez más terreno a la compra de ví­deos en DVD o Blu-ray. Por primera vez, este año 2012, el visionado de cine de pago por Internet va a superar a los tí­tulos vendidos en discos Blu-ray o DVD en Estados Unidos. Según la compañí­a de investigación de mercados IHS, los estadounidenses pagarán por ver 3.400 de millones de pelí­culas en lí­nea frente a 2.400 millones de discos BD y DVD. Las ventas de pelí­culas en soporte fí­sico han descendido un 8 por ciento desde 2011, frente a un crecimiento del 35 por ciento para el consumo de pelí­culas por Internet.

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Desde los años 2007 al 2012, el consumo de pelí­culas en lí­nea ha crecido un 40 por ciento. Paralelamente, las demanda de pelí­culas en DVD y Blu-ray sigue una tendencia decreciente. Así­, para el año 2014, el número de pelí­culas de pago por Internet consumidas serán el doble que las vistas en soportes fí­sicos en Estados Unidos, según IHS. Ahora bien, la transición desde las pelí­culas en discos fí­sicos (DVD o Blu-ray) hasta los servicios en lí­nea todaví­a va a tardar bastante tiempo en completarse. Aún estando en declive, el ví­deo en DVD y BD todaví­a lidera el entretenimiento en los hogares estadounidenses con 4.300 millones de horas de visionado anuales para los discos, frente a 3.200 horas para las pelí­culas de pago en lí­nea.

Hasta aquí­ son datos sobre unidades (número de transacciones). Sin embargo, la distribución de discos todaví­a es vital para la industria del cine en términos de ingresos. El alquiler y la venta de soportes fí­sicos representa 11.100 millones de dólares, frente a los 1.700 millones que producen los servicios de ví­deo por Internet. Y es que, según IHS, consumir una pelí­cula en lí­nea sale por 0,51 dólares (unos 0,40 euros), mientras que en disco fí­sico cuesta 4,72 dólares (unos 3,50 euros), de media. El peso de los soportes fí­sicos va a continuar siendo muy relevante para los ingresos de la industria cinematográfica. Se va a mantenerse invariable hasta el año 2016, cuando la facturación por pelí­culas en soportes fí­sicos aportará el 75 por ciento, frente al 17 por ciento del consumo por Internet y el 8 por ciento de la televisión de pago, según el estudio IHS Screen Digest Research, de marzo de 2012.

El atractivo de los servicios de ví­deo en streaming bajo suscripción es innegable. Compañí­as como Netflix, Hulu y Amazon siguen ampliando sus catálogos de series de televisión y pelí­culas, e incluso realizan producciones en exclusiva.

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