La intervención de las fuerzas del orden fue determinante. Tras una completísima investigación, incautaron muchos de los archivos de la SGAE, y el presidente, acusado de diversos delitos de carácter económico, se vio obligado a dimitir. Hasta aquí todo parece normal. Lo que ya no es tan común es que el imputado reclame ahora a la Sociedad casi 2 millones de euros a cambio de su renuncia al cargo que ostentaba. El asunto que se dirime ahora en los Tribunales, en concreto en el Juzgado lo Social número 40 de Madrid, es si tiene derecho a percibir 1,8 millones de euros en concepto de indemnización, o en cambio tendrá que conformarse con tan sólo 675.000 euros es lo que ofrece la SGAE. Lo que alega el abogado de Teddy Bautista es que su cliente ha sido víctima de un despido improcedente.
La maraña legal tiene tela. La SGAE afirma que el ex presidente abandonó su cargo ante las investigaciones policiales. Por su parte, Teddy dice que no, que él nunca dimitió. Que renunció a ejercer el cargo, pero que no dimitió de él. Una distinción florentina que viene a reflejar que el ciudadano Bautista decidió dejar de ejercer sus funciones, pero a la vez continuar recibiendo el sueldo que éstas llevaban aparejado. Afirma que el 4 agosto recibió la notificación de que le habían dado de baja de la seguridad social, y que lo que mantenía con la entidad era un contrato laboral de alta dirección, con una antigí¼edad desde finales de marzo de 1983. Vaya, que tiene suficientes años de servicio acumulados.
De ser cierto lo que dice el ex presidente, alguien cometió un error muy grave dentro de la Sociedad General de Autores y Editores, y se “olvidó” de enviarle la carta de despido. Un olvido tontísimo y que le puede pasar a cualquiera, pero que a la postre puede acabar costando casi 2 millones de euros del dinero que deberían recibir los autores. Una buena parte de la estrategia legal de la SGAE se basa en el comunicado final de Bautista. Consideran que cuando anunció en público que pensaba a abandonar su cargo el 12 julio de 2011, estaba renunciando al cargo, al puesto y al dinero. Pero no deben de tener demasiada confianza en su artillería legal.
En lugar de reconocer que el ex presidente está imputado, acusado de corrupción y de desvío de capitales en beneficio propio y de sus amigos, y que en consecuencia no merece recibir ni un euro, afirman que “en todo caso” debería llevarse 675.000 euros. Quizás sea el momento de recordar que Teddy Bautista, cobraba, en concepto de sueldo, más de 330.000 euros al año. Casi 1.000 euros por día, lo que demuestra que hay otras maneras de ser mileurista. Todo era desmesurado y escandaloso en el viejo gobierno de la SGAE. El dinero de los autores acababa dilapidado. Sólo así se explica que Bautista llegara a cobrar casi 62.000 euros en dietas por el cargo que ostentaba en su proyecto más faraónico, la red de teatros Arteria, que ahora está en liquidación por derribo.
Si al final este mangante cobrará por los derechos de autor del cargo que ha ostentado, con lo cual le tendrán que pagar de por vida, que es a lo que está acostumbrado. Hay que fastidiarse.
Como decia Rafael .Es un escandalo