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En Reino Unido, el debate a favor y en contra de la piraterí­a digital se encuentra en un punto candente. Hace unos dí­as, el Secretario de Estado para los Negocios, Empresa y Reformas Peter Mandelson anunció que los internautas reincidentes en la práctica P2P serí­an desconectados de la Red. Sin embargo, una nueva encuesta realizada en aquel paí­s por la consultora Ipsos Mori demuestra que quienes descargan son precisamente quienes más invierten en música.

Ya en junio, un estudio aseguraba que los usuarios que intercambian archivos son los que más van al cine. Unos datos que desmontan la teorí­a de que la piraterí­a es un mal que perjudica de forma irremediable a los creadores.


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El sondeo se ha efectuado entre 1.000 británicos de entre 16 y 50 años con acceso a Internet. Uno de cada diez admitió que descargaban canciones sin pagar un euro. Sin embargo, resulta que estos usuarios gastan al año en música una media de 77 libras, aproximadamente 86 euros al cambio actual. En total, cerca de 37 euros más que quienes las adquieren de forma legal.

En opinión de Peter Bradwell, encargado de pilotar la encuesta, «la última propuesta del Gobierno no ayudará a la industria de la música. Los polí­ticos y las empresas deben reconocer que los hábitos de consumo han cambiado y que los usuarios reclaman que se rebajen los precios y que se facilite el acceso«.

Se estima que en Reino Unido hay unos siete millones de personas que intercambian archivos cada dí­a. Mark Mulligan, de la firma Forrester Research, considera que son los que de verdad «se interesan por la música». Piensa que emplean las descargas como «un mecanismo de descubrimiento» . Es decir, que en lí­neas generales los internautas se sirven de ellas para acceder a grupos y así­ decidir si le gustan o no.

En el mundillo, las opiniones se encuentran divididas. Frente a intérpretes como Shakira, Norah Jones o Nelly Furtado, que apoyan las descargas, se encuentra la plataforma encabezada por la polémica Lily Allen, a la que pertenecen músicos exitosos como James Blunt. Ellos insisten en que la piraterí­a es dañina e instaron al Gobierno británico a adoptar la ley que cortará el acceso después de tres avisos a los internautas que reincidan en el intercambio de archivos. La nueva normativa estará vigente a partir del próximo mes de abril. Como curiosidad, mencionar que el último disco de Lily Allen, que se publicó en febrero de 2009, ha vendido 1,1 millones de copias en todo el mundo.  Por su parte, All the Lost Souls, de James Blunt consiguió varios discos de oro y platino en más de veinte paí­ses. No les debe parecer suficiente.

Ví­a: The Independent UK

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