parlamento europeo redes sociales

Mucho ruido y pocas nueces. Es el resultado de la inversión del Parlamento Europeo en nuevas tecnologí­as y redes sociales. En su voluntad por estar en la Red durante el perí­odo electoral (y mucho más allá), la Dirección de Medios del Parlamento Europeo aprobó una partida de entre 2 y 2,5 millones de euros para lanzarse de lleno al mundo de las redes sociales y acercarse a quien las frecuenta. Meses después, la participación del Parlamento ha quedado anclada en el perí­odo electoral con una repercusión que deja bastante que desear y, sobre todo, unas facturas de vértigo.

El proyecto se adjudicó, previo concurso, a la agencia de comunicación Scholz and Friends. Fue ésta la que se encargó de amortizar los 93.000 euros para la planificación total del proyecto. Se crearon tres aplicaciones para MySpace que se presupuestaron en la friolera de 184.000 euros. Y se adaptaron dos de estos widgets para colgarlos en Facebook por 35.000 euros. Finalmente, se abonaron hasta 12.000 para decorar el EUTube, el canal del Parlamento Europeo en YouTube.

A pesar de que la empresa adjudicataria debí­a de ser especialmente solvente y estar en los 27 paí­ses de la Unión, todas las plataformas dedicadas al perí­odo electoral y posterior están únicamente en inglés o en alemán. Con esto, parece absurdo que estas herramientas para la Unión Europea no estén adaptadas a todos sus ciudadanos que por cierto también han contribuido religiosamente a financiar tan cuantiosas campañas.

Brian Donahue, director de la consultora inMotion Interactive calcula que por el trabajo técnico a considerar se podrí­a cobrar 10.000 euros, como máximo. Y es que si algo caracteriza a páginas como Facebook, Twitter, YouTube o MySpace, es la facilidad para crear canales propios cuyo contenido ya está perfectamente terminado. Estas plataformas destacan por su voluntad de crear contenidos de una manera eficaz y económica, apostando siempre por la austeridad y la participación de los usuarios: auténticos creadores de contenidos.

Veremos si con la llegada del Partido Pirata al Parlamento Europeo, las cosas se tercian y para las próximas elecciones, ya existe un savoir faire diferente. O al menos la voluntad de malgastar menos el dinero de los contribuyentes.

Ví­a: El Mundo

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