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Una resaca monumental y espantosa fue el punto de partida que llevó al ingeniero y diseñador español Emilio Alarcón a desarrollar el que, en nuestra opinión, es el invento definitivo para las noches de juerga: El Garrafonix. Bajo este nombre de guerrero galo de cómic se esconde el primer detector serio de Garrafa, garrafonazo o garrafón. En otras palabras, el primer detector de bebidas alcohólicas adulteradas.

Garrafonix es un sensor electrónico del tamaño de un rotulador grueso. Su funcionamiento es sencillo, se le quita la tapa y se sumerge al menos 20 segundos en nuestra bebida espirituosa favorita. El sensor sólo funciona con el alcohol puro o, a lo sumo, con hielos,  así­ que hay que medir la pureza de la bebida antes de mezclarla con el correspondiente zumo o refresco.

Pasados esos 20 segundos, Garrafonix nos informa de si el whisky o ron que nos han servido es realmente de la marca que deberí­a, así­ como de su grado de pureza. Si el alcohol ha sido adulterado, una calavera y dos tibias seguidas de la palabra “garrafón” nos alerta de que el hostelero no sólo es un jeta, sino que está atentando contra la salud pública, hecho perfectamente denunciable ante la oficina del consumidor más cercana.

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El garrafón es el nombre popular que recibe la práctica de adulterar bebidas alcohólicas de calidad con agua o con otras más baratas (de garrafa) para vender más cantidad. Aunque según la Comunidad de Madrid, el porcentaje de esta práctica es residual, otros informes como el elaborado por el portal de ocio nocturno Esta Noche Madrid, aseguran que el garrafón está extendido en el 40% de bares y discotecas. Independientemente de la cifra, todos hemos tenido alguna vez una de esas resacas que roza la convalecencia febril, cuando la noche anterior hemos bebido, aparentemente, lo mismo de siempre y de la misma marca.

Sea real o, como dicen algunos, una leyenda urbana, según fuentes médicas, el alcohol adulterado es causa de no pocos trastornos como cefaleas, nauseas, vómitos, irritación gástrica o incluso ceguera temporal si el material con el que está adulterado es de muy mala calidad.

Garrafonix no funciona con cualquier bebida. De momento, es capaz de identificar las marcas Johnny Walker, JB, DYC, Pampero, Brugal y Havana Club. En próximas versiones se espera que el sensor incorpore la composición quí­mica de más de 20 conocidas marcas, principalmente de ron, whisky, ginebra y vodka. Garrafonix aún esta en fase de comercialización y su venta ha sido adquirida, en exclusiva, por la web de gadgets y regalos Curiosite, que asegura que lo comercializará en el plazo de unos meses.

+info: Curiosite

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