Reciclar no es sólo sinónimo de tirar desechos en sus correspondientes cubos. Al menos, era otro concepto el que tenía en la cabeza el norteamericano Ross W. Orr cuando reutilizó 54 placas de memorias RAM para construir su propia lámpara.
Orr consiguió semejante número de placas después de trabajar en un local de beneficiencia. Su cometido consistía en arreglar viejos ordenadores para luego venderlos en el rastrillo benéfico que organizaba el centro. Una de las cosas que hacía era sustitutir las memorias RAM de 1 ó 2 MB por otras de mayor capacidad. No sabemos si por nostalgia o por un incipiente síndrome de Diógenes, decidió quedarse con las viejas.
Años después ha construido con ellas su propia lámpara y la ha bautizado como Bytelight. Según Ross W. Orr, el procedimiento es sencillo. Utilizó una caja estrecha con lámparas fluorescentes y luego empleó silicona para pegar los circuitos en el frontal. Lijó los lados y, ¡listo! Obtuvo un objeto de decoración a lo Matrix.
El trabajo de Orr recuerda al que llevó a cabo en su día el holandés Patrick Schuur cuando fabricó un armario con sus viejas cintas de cassette.
Así que si alguien tiene todavía en su casa algo viejo u obsoleto, que se lo piense dos veces antes de deshacerse de ello. A lo mejor puede reutilizarse para crear un mueble con un diseño original y sorprendente.
Vía: Gizmodo