Ya tienes una excusa para entrar en una red social desde el trabajo. Si tu jefe sospecha que estás perdiendo el tiempo en Facebook o MySpace, dile que estás en Yammer. Es una aplicación de ésas de la llamada Web 2.0 y que está especialmente pensada para las empresas. La idea es similar a la de Twitter, esa web que permite poner mensajes breves del tipo «me estoy comiendo un bocadillo» o «mirando la lluvia desde la ventana«. Sí, ahora esos emocionantes mensajes se pueden trasladar al mundo de la empresa. Y, lo mejor, es que quizás así ni el jefe te puede regañar. Sobre todo si quiere presumir también él de llevar una empresa 2.0.
El principal artífice de Yammer se llama David Sacks y ya tenía antecedentes en crear este tipo de servicios. Y es que fue el fundador de Geni, una web para tener localizado el árbol genealógico de cada uno. Pero, no contento con esto, Sacks vio las posibilidades de dar salto al siempre lucrativo mundo de las empresas.
El objetivo de Yammer es, según sus desarrolladores, incrementar la productividad de los empleados mediante el intercambio de información. A diferencia de Twitter, la pregunta clave no es «¿Qué haces?» sino “¿En qué estás trabajando?”. Así, cada usuario puede en cualquier momento actualizar su estado, explicar qué hace, colocar links, plantear dudas y responder a cuestiones del resto de usuarios.
Además, permite archivar las conversaciones y añadir etiquetas que nos ayuden a recuperarlas más adelante. En cuanto a privacidad, la información sólo será accesible para los empleados y no se compartirá, aseguran desde Yammer, con otras empresas.
La aplicación ”“dato interesante- es gratuita y sólo requiere introducir el correo electrónico del trabajo. Sin embargo, los derechos de administración se pagan. Las empresas que quieran gestionar la herramienta ”“ conceder privilegios a otros empleados, establecer parámetros como número de caracteres, eliminar usuarios, etc.-, tendrán que contratar los servicios a Yammer. ¿Quién dijo que no se podía hacer negocio con la Web 2.0?