Ignoremos por un instante el peculiar aspecto de este robot, y centrémonos en lo que es capaz de hacer. El uBOT-5 es un asistente robótico diseñado para ayudar a las personas de edad avanzada en su rutina diaria. Incluso es capaz de realizar ciertas tareas propias de un enfermero que podrían salvarles la vida en determinadas circunstancias. Motivo más que suficiente para no hacer bromas sobre él, porque para reírnos un rato ya tenemos al carismático y divertido Wall-E.
Como se puede observar en la foto superior, el robot puede sostener en sus “manos” objetos de poco peso y tamaño reducido, pero ésa es la menos relevante de sus habilidades. Si una persona sufre una caída, un accidente tristemente frecuente en nuestros abuelos, él puede detectarlo mediante los sensores que lleva incorporados. Si la situación es grave, incluso puede efectuar una llamada al teléfono de emergencias alertando de lo que haya sucedido.
También puede limpiar la habitación o hacer la compra, así como recordarle al anciano cuándo debe tomar su medicación. Hasta puede utilizar un estetoscopio como si se tratase de un enfermero de verdad, y realizar un reconocimiento ordinario del paciente. La combinación del monitor táctil, cámara web, micrófono y conexión a Internet le permiten establecer videoconferencias con su doctor particular sin moverse de casa, o con parientes cercanos a los que no puede visitar.
Rod Grupen, responsable del desarrollo del uBOT-5 en la Universidad de Massachussetts, dice que construir una de estas unidades en el laboratorio ha costado unos 65.000 dólares (42.000 euros aproximadamente). Sin embargo, si llegasen a producirse masivamente su coste se abarataría hasta resultar más rentable para el bolsillo de muchos ancianos. Con ellos, esperan complementar la demanda de personal que se avecina en Estados Unidos, toda vez que la población nacida en el boom natal de los 60 se acerca a su fase de envejecimiento.
Vía: Live Science