Si tienes Windows Vista instalado en tu ordenador, los habrás visto más de una, dos y hasta en innumerables ocasiones. Son los molestos avisos de seguridad. Esas pesadas ventanas que piden nuestra autorización cuando instalamos programas, decargamos actualizaciones o usamos aplicaciones que acceden a Internet. Pues bien, que no te quepa ninguna duda. Están hechos para «molestar a los usuarios. Hablo en serio».
Quien así habla es David Cross, empleado de Microsoft que formó parte del equipo que diseñó el control de seguridad de Windows Vista. Lo cierto es que lo han conseguido. El User Account Control (UAC), que así se llama esta molesta herramienta, llega a ser realmente fastidioso. Porque la inmensa mayoría de las veces que bloquea una aplicación hasta que le damos permiso, ocurre con programas que usamos todos los días y no amenazan la seguridad de nuestro PC. Y a pesar de todo, Cross afirma que el 88% de los usuarios de Windows Vista no desactivan dicho sistema.
El caso es que la herramienta está hecha así a propósito, pero tiene un motivo más allá del simple hecho de tocar las narices. Según Cross, forma parte de un plan para que las empresas que hacen software para Windows se esmeren en desarrollar productos más seguros. Es decir, que intenten que sus programas no obliguen a UAC a pedir permiso al usuario. Y para ello, claro está, tienen que hacer los programas conforme al estándar que marca la propia Microsoft. Es la única opción para no molestar al usuario.
Cross define la herramienta UAC como el «gran martillo» que Microsoft necesitaba para espabilar a los desarrolladores. Claro que los martillazos no le caen a éstos, sino a los usuarios. Así éstos se enfadan y, como es lógico, la pagan con los desarrolladores de software, y no con Microsoft. Y no importa para nada que con las versiones anteriores de Windows no existiesen estos problemas. Una lógica aplastante la del señor Cross y su martillo.
En realidad, es la táctica que siempre ha usado Microsoft: hacer que todos pasen por el aro. Lo llamativo es que ahora intente describir la jugada como si nos estuviesen haciendo un gran favor a todos. Quizás el señor Cross haría bien en buscarle otras utilidades a su gran martillo. No sólo se lo agradecerían los desarrolladores de software, sino puede que incluso lo hiciésemos los propios usuarios.
Vía: InformationAge