A la hora de llevar las tres dimensiones al navegador GPS del coche, algunas firmas están optando por las fotos hechas desde satélite, como vimos en el Blusens G01. Un modelo que vende a través de sus comunicados la idea de guiarnos a través de imágenes reales, pero que, en realidad, lo de tridimensional se queda en una perspectiva ligeramente oblicua.
La firma Mio Technology intenta innovar ofreciendo mapas sencillos (como los que ofrecen todos) en los que han mejorado algo los colores y han acompañado de imágenes en 3D de algunos edificios históricos. Este es el caso de este Mio C620, en el que podemos visualizar las elevaciones del terreno e incluso gráficos más detallados de algunos edificios cercanos a la carretera.
Todo se debe a MioMap 2008, el software con el que este fabricante intenta «dar un poco de vida» a los mapas suministrados por Tele Atlas (que es también uno de los proveedores de Google Maps). El aspecto más logrado es el de los puntos de interés. Hablamos de edificios importantes dentro del contexto urbano, que aparecen representados con esmero no por ya para decorar los mapas en pantalla, sino para que podamos tomar sus formas como referencia.
A muchas personas nos cuesta orientarnos con el típico mapa en dos dimensiones. Sin contar con aquellas ciudades de calles enrevesadas, en las que hasta el usuario de mapas más habituado podría llegar a perderse. Por eso, ver en perspectiva los edificios que más destacan en la ciudad por su tamaño o formas, puede resultar de ayuda (aunque, aún así, seguro que seguirá habiendo algún que otro despistado por culpa del GPS).
El Mio C620, con apenas dos centímetros de grosor y 170 gramos de peso, incorpora una pantalla táctil de 4,3 pulgadas y 480 x 272 píxeles de resolución, en la línea de otros navegadores anteriores de Mio. Como ya viene siendo habitual en estos navegadores, podemos visualizar fotos en pantalla y reproducir canciones en MP3 almacenadas en tarjetas de memoria SD y MMC. Su precio es de 400 euros.
El modelo C620T, que cuesta 450 euros, es exactamente igual, pero esa «T» final quiere decir que incluye TMC. Un sistema con el que, a través de la señal de una emisora de radio, podría ofrecer información sobre el estado del tráfico. El problema es que, hoy por hoy, la utilidad real de este servicio dentro de nuestras fronteras está a años luz respecto a otros países europeos.
Desde aquí y si se va a usar en España, sinceramente desaconsejamos pagar más por un navegador con sistema TMC.
Otro punto oscuro que tienen los navegadores Mio es que su software de navegación presenta algunas dificultades a la hora de mostrar con claridad determinados cruces. Este es otro mal endémico de esta firma de navegadores que esperamos y deseamos que mejore con el tiempo.
Si queréis ver el navegador en acción, podéis echarle un vistazo a este análisis en vídeo de Xataka
Vía: reghardware
