Adicción-Movil-

Es adicción al móvil, pero ahora ya tiene un nombre: nomofobia, del inglés nomophobia (no mobile phone), o lo que es lo mismo, el estrés, la desazón, la angustia vital… que sienten aquellos que se han dejado el móvil en casa, en la oficina o en cualquier otro lugar indeterminado. Dicen los estudios que cuando no lo tienen en sus manos, experimentan el mismo nivel de nerviosismo que si fueran a una entrevista de trabajo o fueran a casarse. Pero, ahora hablemos de ti. ¿Crees que estás enganchado a tu teléfono móvil? ¿Recuerdas que un dí­a tuviste pareja? ¿Le has dado de comer al gato en los últimos siete dí­as? Echa un vistazo a estos sí­ntomas, no vaya ser que seas uno de esos nomofóbicos que andan por ahí­…

1. Te sientes irritado si no puedes acceder a tu teléfono.

Porque te lo has dejado en casa, porque te lo has olvidado en la oficina o porque se ha quedado sin baterí­a. Te pone de los nervios no poder mirar si tienes nuevos whatsapps, si te ha llegado correo electrónico nuevo o si esa amiga a la que le tienes poco cariño ha puesto algo más en Facebook para irritarte. Necesitas notificaciones como el pan de cada dí­a y no hay nada ni nadie que puedan hacer nada por evitarlo.

2. Llevas el teléfono en la mano todo el rato.

¡Suelta eso! ¿Qué es lo que llevas todo el rato en la mano? Ah, es tu teléfono. ¿No puedes dejar de desplazarte por este mundo sin tener el dispositivo en tus garras? En ese caso no nos extrañarí­a que fueras una de esas personas que llevan el móvil como bastón y que, tenerlo en sus manos, les proporciona absoluta calma y seguridad. ¿Esto también te pasa?

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3. ¿Qué ha sido eso? Las vibraciones fantasma.

Me ha parecido escuchar una vibración. ¿Es ese mi móvil? Si te haces esta pregunta a menudo, es muy posible que seas un nomofóbico de pro. Y esto es completamente real. Con las notificaciones sonoras apagadas, crees que has notado una vibración en tu bolsillo o en la mesa, pero cuando lo compruebas… en tu móvil no hay absolutamente nada. Ni un triste me gusta. Ni tu operadora pidiéndote que contrates un paquete de fútbol. Ni una carita sonriente en Whatsapp.

4. ¿Hola? ¡Vives en otro mundo!

Tu pareja te acaba de pedir que bajes la basura, pero no te has enterado. Tu gatito ha dejado tus cortinas hechas un cuadro porque hace siete dí­as que no abres una latita de paté de salmón. Es por tu culpa. Vives en otro mundo: un mundo de notificaciones constantes que hacen que te lo pierdas todo: las conversaciones con tu pareja, la pelí­cula del sábado por la noche o tu hábitos higiénicos. No, no me digas que también te ha pasado eso…

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5. Miras el móvil mientras tienes relaciones sexuales.

¿Recuerdas quién es ese con el que un dí­a te fuiste a vivir? No, no es tu teléfono móvil. Es tu pareja. Pero si, como uno de cada cinco adultos jóvenes, miras el móvil mientras tienes relaciones sexuales, estás definitivamente perdido. Algunos también quieren revisar sus pantallitas desde el baño y lo que es peor, desde la ducha. En ese caso, te recomendarí­amos acudir a un profesional o… simple y llanamente dejarlo todo y meterte en la cama con tu móvil. ¿O ya lo has hecho?

Si has notado alguno de estos sí­ntomas, o en el peor de los casos… TODOS, quizá deberí­as replanteártelo. ¿Te atreves a compartir tu experiencia con nosotros? La sección de comentarios es tuya.

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