Jean Tirole ha sido galardonado con el Premio Nobel de Economía de este año por su análisis sobre la potencia del mercado y su regulación. Es un experto en evitar que unas pocas empresas se queden con el negocio de toda una industria. El analista considera, por ejemplo, que la liberación de los sectores, ya sean de telecomunicaciones, transportes o energía, es esencial, pero siempre que cuente con una regulación adecuada.
De hecho, opina que el sector eléctrico en España no es funcional y lleva años diciendo que se debería permitir la entrada a otros competidores extranjeros. De esta forma, mejorarían los precios de la luz, lo que beneficiaría a los consumidores. La academia sueca ha declarado que el Nobel le ha sido concedido «por hacer entender y regular industrias donde hay pocas empresas muy poderosas».
Lo que pretende Tirole con sus teorías es imponer una regulación única que se base en unos mismos principios para todo tipo de campos. Sin embargo, cada una de estas normas se debe adecuar a las condiciones que la rodean. El teórico ha demostrado que, en la actualidad, hay muchas situaciones donde unas cuantas empresas controlar un gran mercado, en vez de ser un sistema de competencia perfecta. Sobre todo cree que existe una total asimetría entre el regulador y estas compañías.
En concreto, ha comentado en varias ocasiones cómo frenar a gigantes como Google, evitando así que la multinacional de Mountain View se haga con todo el negocio de Internet. Los pensamientos de Tirole también pueden ayudar a entender el impacto en los mercados de fuerzas como Uber, una aplicación que ofrece taxis a precios muy competitivos porque evita pagar impuestos. Igualmente, los libreros de hoy en día temen por su futuro debido al dominio de Amazon en este sector, por lo que es evidente que hay que regularlos.
Antes de que llegara Tirole, los distintos Gobiernos defendían conceptos básicos como la fijación de precios monopolísticos a la vez que permitían que empresas con distintas posiciones en la cadena de valor se ayudasen entre sí. El analista demostró que esta regla sólo funciona bajo unas determinadas circunstancias y que, además, suele ser perjudicial.
Por el contrario, piensa que la cooperación en temas de patentes fomenta la innovación y democratiza la competición. Por lo tanto, el economista sostiene que no hay una solución general para todo esto, por lo que cada sector debe ser gestionado en función de de la estructura que tenga. Así, las características reguladoras que se le impongan a los bancos diferirán de las que se marquen en el negocio online.
En realidad, la mayoría de los ensayos y análisis del francés se basa en la pregunta clave de la economía actual: ¿Hasta qué punto debe intervenir el Estado? Es verdad que la respuesta a la misma cuenta con varios matices, pero gracias a sus teorías estamos un poco más cerca de entender cómo se contesta.