A principios de este año 2012, los responsables de YouTube daban un giro de timón. Entonces iniciaban su experimento con los “canales”. La idea era presentar a los internautas unos canales que reunieran contenidos relacionados por temas, a la vez que la filial de Google comenzaba a financiar la producción de contenidos originales en exclusiva para el sitio. A día de hoy, la compañía ha ayudado a financiar cerca de 160 canales como parte de su nueva estrategia de profesionalizar los vídeos para competir en audiencia con la televisión. En lugar de asociarse con cadenas de televisión, la compañía prefiere cerrar contratos con productoras para que creen contenidos de alta calidad que permitan su explotación publicitaria.
Hace casi un año, la compañía firmaba los primeros acuerdos con productoras relacionadas con el mundo de la música, la televisión, el cine, las noticias y los deportes. El objeto era elaborar un par de horas de programación a la semana para servir en streaming a través del sitio en exclusiva durante más de un año. A cambio las productoras recibían adelantos de entre 1 y 5 millones de dólares, que después YouTube recuperaba vía publicidad. Luego, una vez cubierto el adelanto, la filial de Google y el creador del contenido se repartían los ingresos de la publicidad a medias. Estos canales realizados con ayudas financieras coexisten con otros autofinanciados. Ahora, la compañía acaba de iniciar una nueva ronda de financiación con los productores de vídeos. Sin embargo, esta vez va a ser más selectiva.
El experimento de los canales de YouTube parece haber concluido, y ahora la compañía tiene más claro qué es lo que mejor funciona en el sitio. Por eso, solamente va a renovar los contratos con entre el 30 y el 40 por ciento de las productoras de vídeos. No basta con crear un contenido original. Existen otros criterios para valorar dónde invertir: el tiempo de visionado y el coste del producto. El desarrollo de la audiencia es tan importante como un buen contenido. La compañía quiere que sus socios actúen como verdaderos programadores de televisión, que sepan atraer una audiencia fiel y capaces de identificar qué tipo de contenidos son los más atractivos. La compañía está revisando los contratos por partidas, comenzando con aquellos que iniciaron sus actividades en enero de 2012.
Aquellos que consigan renovar sus contratos con YouTube en la segunda vuelta (más o menos el 60 por ciento) no tendrán que marcharse. En realidad, los responsables de la filial de Google esperan que esas proveedores de contenidos sigan produciendo vídeos para el canal, aunque sin ayuda financiera. En aquellos supuestos donde YouTube todavía no haya recuperado el adelanto, la compañía seguirá recaudando el cien por cien de los ingresos publicitarios generados.
YouTube no solamente está trabajando con productoras de vídeo en Estados Unidos. También ha añadido más de 50 canales internacionales, incluyendo algunos específicos para determinados países europeos como Francia, Reino Unido y Alemania.