Lejos de la sofisticación de sus vecinas japonesas o surcoreanas, las salas de máquinas recreativas de Corea del Norte nos remiten a la década de 1980. En el blog UK Resistance se han publicado un buen puñado de fotografías que recuerdan que la población de allí vive con pocos lujos.
En cualquier caso, es casi seguro que los arcades que vemos en las imágenes sirven proporcionan efímeros ratos de felicidad a los norcoreanos. Siempre podrán imaginar que en el Street Fighter IV no golpean a su oponente virtual, sino al culpable directo de su oprimida situación.
En muchos países se ha desarrollado el gusto por lo clásico y es fácil encontrar simuladoras MAME del estilo de Chinavasion CVFH-N03-4G que recrean juegos que de otro modo estarían extintos. O inventos simpáticos inspirados en ellas, como la mesa Space Invaders Bank o Asteroids Clock y Pong Clock. Sin embargo, es diferente escoger por elección propia una plataforma que estuvo de moda hace veinte años a no tener alternativa.
Si no fuera por el contexto, la verdad es que hay algo de entrañable en la propia máquina y en lo machacada que está.
A cambio de unos 80, 60 ó 40 Won norcoreanos, equivalentes a alrededor de 41, 31 y 20 céntimos de euro al cambio, se obtiene un pequeño escape de la cruda realidad.
Imaginamos que los golpes y los bruscos tirones al joystiq no estarán bien vistos… Las máquinas ya no están para muchos trotes y deben aguantar el máximo tiempo posible.
Las imágenes fueron enviadas al blog de UK Resistance por una persona que no quiso revelar su identidad. No es de extrañar dada la férrea dictadura mantenida desde el gobierno por Kim Jong II. En Corea del Norte la violación de los derechos humanos es un hecho, al igual que en su vecina china. La represión mediante pena de muerte, las detenciones arbitrarias y la tortura son moneda de cambio.
La represión a las libertades que ejerce el gobierno no tolera que los extranjeros introduzcan dispositivos como GPS o teléfonos móviles. Sí se permiten cámaras de fotos y de vídeo. También los ordenadores, siempre y cuando no estén equipados con algún sistema de conexión inalámbrica.
Es decir, que el simple envío de unas imágenes a un blog extranjero podrían acarrear muchos problemas a una persona. Sobre todo, si muestran la situación atrasada en la que se encuentran los norcoreanos, provocada por un estado que se enorgullece de no depender de nadie. Luego, como siempre, es la población la que tiene que pagar las consecuencias.
Vía: UK Resistance
