Wii Music es la última creación de Shigeru Miyamoto. El padre de clasicazos de Nintendo como Mario, Donkey Kong o Zelda es también un apasionado de la música. Y en el contexto actual en el que juegos como Guitar Hero o Rock Band están triunfando en el mundo de los videojuegos, el gigante japonés no iba a ser menos. El próximo 14 de noviembre llegará a España este título que aprovecha los sensores de movimiento de los mandos inalámbricos de la Wii para llevar toda una orquesta musical al salón de casa.
Este nuevo título, que ya pudimos ver en acción en el último E3 de Los Angeles, pone a disposición del jugador sesenta instrumentos musicales distintos, ya sean de viento, cuerda o percusión. Con un listado de cincuenta piezas musicales organizadas en once estilos distintos, se puede jugar en grupo o en solitario, incluyendo un modo en el que actuamos como un director de orquesta. Y es que no está tan basado en la precisión como sucede con los juegos musicales de PlayStation 3 y Xbox 360, sino más en el movimiento, el aprendizaje y la simple y llana diversión.
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Siguiendo la línea de juegos intuitivos marcada por Wii Sports, el nuevo Wii Music no requiere tener ningún conocimiento musical especial, excepto una mínima capacidad para seguir el ritmo de las canciones. Es decir, no tenemos que acertar notas musicales, sino movernos como si estuviésemos tocando una batería, un saxofón o una guitarra con los mandos en la mano. A partir de aquí, Wii Music se convierte también en un juego divulgativo que enseña nociones básicas sobre música.
El objetivo final del juego no consiste en demostrar quién es el mejor. Es cierto que al final de cada interpretación, se nos ofrece una puntuación media sobre nuestras dotes como «músico virtual». Pero el jugador nunca pierde. Por buscar una analogía fuera del mundo de los videojuegos, la más acertada sería la del Air Guitar: moverse y hacer el indio al ritmo de la música con una guitarra imaginaria entre los brazos. Aunque sólo hasta cierto punto, pues el juego también tiene dosis de aprendizaje, improvisación y, por lo tanto, creación.
Una parte muy importante consiste en mover los mandos, sí. El ejemplo perfecto es el modo para tocar la batería solista, para lo cual es necesario usar la tabla Wii Balance Board, que vendría a ser el sustituto para el pedal del bombo. Pero la idea no es sólo moverse a lo loco. Por ejemplo, la rapidez con que movamos el mando se traduce en un golpe de baqueta más o menos fuerte. Si estamos tocando un piano, sus teclas virtuales se pulsarán con más o menos intensidad. Con una flauta, estos efectos se logran orientando el mando de una forma determinada.
Por supuesto, también entran en juego los botones convencionales del mando. Pero repetimos: no con el objetivo de tocar una nota determinada. En lugar de ello, las pulsaciones pueden servir para alargar o cortar notas, así como para crear efectos, como puede ser el blending en la guitarra (subir un tono sin golpear de nuevo la cuerda).
Un concepto bastante interesante y que, a decir verdad, se traduce en un juego bastante más complejo de lo que nos imaginábamos en un principio. Por ello Wii Music viene cargado de tutoriales que nos enseñan poco a poco a conocer en qué se traducirá cada movimiento que hagamos. Y en efecto, también hay hueco para la creatividad. Pero hasta cierto punto.
No es un juego con el que podamos crear piezas musicales, pues siempre estaremos trabajando sobre una partitura concreta. Pero sí podemos, por ejemplo, tomar una pieza clásica de Beethoven e interpretarla con instrumentos de rock entre varios amigos. O tomar las canciones míticas de juegos como Super Mario y combinar los instrumentos como queramos. Improvisando algunos efectos y jugando con el ritmo, también podemos crear nuestras propias vresiones, editarlas en un vídeo con los personajes animados del juego y compartirlas con otros usuarios a través de Internet.
Éstas son, a grandes rasgos, las posibilidades que nos ofrecen Wii Music. Porque si hay algo en lo que coincide todo el mundo que ha podido probarlo, es que es bastante difícil explicar en qué consiste el sistema de juego con exactidud y precisión. Hay que vivirlo en primera persona para entenderlo completamente. Y esto es algo que podrán hacer los propietarios de una Wii desde mediados de noviembre. Previo desembolso de 50 euros, claro.