Foxconn, la empresa conocida por fabricar piezas para los principales dispositivos móviles de Apple (el iPhone y el iPad), ha cerrado una de sus plantas de producción debido a una pelea multitudinaria que ha acabado con 40 personas hospitalizadas. La empresa china se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los símbolos más negativos de la competitividad que impera en la sociedad actual, tras la oleada de suicidios de sus empleados que llevaron a la compañía a intentar mejorar el ambiente de trabajo y las condiciones laborales.
Esta esperpéntica confrontación comenzó en la noche de ayer en la planta de Taiyuan en el norte del país asiático, donde trabajan cerca de 80.000 empleados. Según las primeras informaciones, el origen de la pelea podría estar en una disputa personal entre dos grupos de empleados. Ésta se convirtió rápidamente en una verdadera batalla campal que duró alrededor de cuatro horas, y que habría involucrado a más de 2.000 personas. La gravedad de la batalla era tal que hasta 5.000 policías tuvieron que intervenir para poner fin a la confrontación, que terminó con un saldo de cuarenta personas heridas que tuvieron que recibir atención médica.
Foxconn ha cerrado la planta hasta que se esclarezcan los motivos de la pelea, tras la pertinente investigación policial. No es el primero de los sucesos de este tipo que ha experimentado la compañía en los últimos años. En el punto de mira por las duras condiciones laborales de sus empleados, Foxconn emplea actualmente a más de un millón de empleados y se ha convertido en el mayor fabricante mundial de productos electrónicos que incluyen la PlayStation 3, las tabletas Kindle Fire o la Xbox 360.
No obstante, ha sido su relación con Apple y más en concreto su acuerdo de colaboración para fabricar componentes para los iPhone y los iPad en las plantas chinas lo que ha llevado a este fabricante al primer plano mediático. La compañía asiática ha descartado en un primer momento que esta trifulca tenga que ver con motivos relacionados con el trabajo, aunque la política de la compañía de llevar la competitividad hasta el extremo bien ha podido alimentar un ambiente propenso a este tipo de sucesos.
No en vano, esta empresa saltó a la palestra por una oleada de suicidios de sus empleados (14 personas se llegaron a quitar la vida a lo largo del año 2010). Tras este suceso y las denuncias desde diferentes organizaciones humanitarias por las durísimas condiciones de trabajo la empresa china decidió aumentar el salario de los trabajadores y tratar de mejorar el ambiente de trabajo. Arrastrada por las críticas, la propia Apple decidió realizar un informe para estudiar las prácticas laborales de Foxconn y elaborar un plan de acción para mejorar estas condiciones, entre ellas las de alcanzar el límite de 40 horas de trabajo semanales. Actualmente la compañía china trata de reducir el ritmo de trabajo de sus empleados a menos de 60 horas semanales. Un objetivo que da una muestra de las condiciones en la que se fabrican los iPhone y los iPad, los dispositivos tecnológicos que más beneficios producen en el mundo.