¿Tienes problemas con tu disco duro externo? ¿El PC no lo reconoce correctamente? En los siguientes apartados, te voy a explicar cuáles son las soluciones más efectivas para el problema que tienes con este dispositivo. En el caso de que estés conectando correctamente la unidad al puerto USB y Windows no sea capaz de leerla, te recomiendo quedarte aquí hasta el final. Una a una, voy a desgranar los posibles escenarios y aportar soluciones para que recuperes el acceso a tu unidad. ¡No te lo pierdas!
Indice de contenidos
Revisa el cableado
Lo primero que deberías hacer es revisar el cableado de tu disco duro. Es normal que, tras años de uso, los cables terminen por romperse o desgastarse. Cuando alguna de las conexiones internas del conector se ha visto afectada, ya sea por el paso del tiempo o, simplemente, por el uso habitual que le das a la unidad, la consecuencia lógica es que el disco externo no va a funcionar. Afortunadamente, si el fallo reside en el propio cableado, la solución es bastante sencilla: comprar uno nuevo.
Para confirmar que la unidad no funciona debido al mal estado del cable, te aconseja emprender las siguientes acciones:
- Conecta la unidad a otro ordenador. En el caso de que funcione bien, es evidente que el cable no tiene la culpa.
- Conecta la unidad a otro puerto del equipo. Esto te ayudará a determinar si existe algún problema con ese conector USB en concreto.
- Prueba con otro cable. Conectar la unidad con otro cable es una prueba sencilla que te permite determinar dónde se origina el fallo.
- Fíjate si se enciende la unidad. Si al conectar el cable, la unidad no se enciende, lo más probable es que no le llegue la electricidad necesaria.
Comprueba si la unidad funciona
Otro posible motivo por el que tu ordenador no detecta la unidad externa es que esta haya dejado de funcionar. Y no me refiero a que ya no le llegue la electricidad, sino que alguno de sus circuitos se ha fundido. ¿Cómo puedes saber si hay un fallo eléctrico en el dispositivo?
De nuevo, lo mejor es aplicar ciertos métodos para tratar de averiguar el origen del problema. Primero de todo, intenta conectar el dispositivo con otro cable distinto. Así, descartarás los problemas mencionados en el anterior apartado. También es conveniente que utilices otro puerto UBS u otro equipo.
Además, recuerda que algunas unidades necesitan una doble conexión de alimentación para funcionar. Eso quiere decir que vas a tener que conectar la unidad a dos puertos USB. Si no lo haces, la unidad exterior no llegará a encenderse por falta de potencia eléctrica.
Finalmente, si confirmas que la unidad no se enciende, lo mejor es que acudas al servicio técnico, especialmente si la garantía está vigente. Por otro lado, te aconsejo que busques a un especialista que sea capaz de desmontar el dispositivo, extraer el disco y copiar los datos que hay en él. Ten en cuenta que el hecho de que la unidad no funcione no quiere decir que el disco haya dejado de funcionar definitivamente. De hecho, lo más normal es que algún circuito se haya quemado y, por eso, la unidad no llega a encenderse.
Es necesario inicializar el disco
A veces, cuando conectas el disco duro a tu ordenador por primera vez, es necesario que se le asigne una tabla de particiones. Windows 11 no suele avisar de esto y lo que hay que hacer es acudir a la herramienta de Administración de discos. Quédate con ella, porque la vamos a usar bastante a partir de ahora. Puedes acceder a esta utilidad del sistema introduciendo la palabra “particiones” en la búsqueda de Windows.
Una vez se haya abierto la herramienta, puedes hacer clic en el disco que acabas de conectar, que aparece como “Desconocido”. Entonces, selecciónalo en la ventana emergente y marca la tabla de particiones GPT, si no utilizas versiones del sistema anteriores a Windows 11. Si deseas la máxima compatibilidad, entonces lo que debes hacer es seleccionar la opción MBR. Cuando hayas completado este paso, el disco estará listo para ser utilizado.
El disco no tiene particiones
Muy relacionado con lo anterior, también es importante recordar que una unidad puede no tener particiones creadas. Eso quiere decir que no se le ha aplicado ningún sistema de archivos y, por eso, el sistema no es capaz de interactuar con el disco.
De nuevo, lo que debes hacer es acudir a la herramienta de administración de discos, introduciendo la consulta “particiones” en la búsqueda de Windows 11. Luego, fíjate si tu disco duro tiene espacio sin asignar, tal y como se muestra en la imagen superior. Entonces, haz clic derecho sobre ese espacio, representado con el color negro por la herramienta de administración de discos. En el menú contextual, selecciona la opción Nuevo volumen simple.
A continuación, sigue los pasos para crear un nuevo volumen. Escoge el sistema de archivos más conveniente que, generalmente, en entornos Windows, es NTFS. En el momento de asignar el tamaño de la partición, no es necesario que lo aproveches todo. De hecho, puedes dejar espacio sin asignar para crear otra partición distinta. Esto te permitirá organizar mejor los archivos en la unidad.
Fíjate si el sistema de archivos es compatible
No quiero complicar esta guía con aspectos muy técnicos, pero te interesa saber que cada unidad que conectas a tu PC está formateada con un sistema de archivos específico. Este es similar a un manual de instrucciones sobre cómo deben almacenarse los ficheros dentro del disco. La cuestión es que Windows no es compatible con todos los sistemas de archivos, así que puede que la unidad sí que se esté detectando, pero no se muestre en el explorador de archivos.
Sigue estos pasos para asegurarte de que el disco externo en realidad está siendo detectado, pero no cuenta con un sistema de archivos adecuado:
- En la búsqueda de Windows, escribe el término “particiones”.
- Entonces, presiona en el primer resultado, que suele ser Crear y formatear particiones del disco duro. Es un resultado que te lleva a Panel de control.
- Fíjate si el disco ha sido reconocido por el sistema.
- Si tiene un sistema de archivos no compatible, como ext3, haz clic derecho sobre la partición, presiona en Formatear, y elige NTFS. Recuerda que al hacer esto se eliminarán todos los datos, por lo que es conveniente hacer una copia de seguridad antes de proseguir.
Cuando el disco tenga un sistema de archivos compatible con Windows 11, será accesible desde el explorador de archivos.