
Hace ya mucho tiempo que el algoritmo de Meta baila en la cuerda floja. A la censura aplicada a aquellos contenidos que retratan el asedio de Israel al pueblo palestino se le suma la promoción de ciertos discursos que atacan directamente los derechos humanos. Yo mismo he denunciado comentarios, vídeos y publicaciones en general que atentaban contra el colectivo LGTBIQ+, sin otro resultado que «Este contenido no incumple las políticas de Instagram». Pero lo que no esperaba encontrarme desde hace algunas semanas es un aluvión de anuncios que, de ser ciertos, podrían violar directamente cualquier legislación española o europea.
Aunque pueda parecer clickbait, el titular es cierto; prueba de ello son las capturas de pantalla que se muestran como portada. Supuesta venta de drogas, aparentes billetes falsos o permisos de conducción «sin examen». Eso es lo que me he encontrado de un tiempo a esta parte en Instagram.
¿Qué está pasando con la publicidad de Instagram?
Es la pregunta que me planteo cada día que accedo a esta red social tras ser inundado por decenas de anuncios similares. Servicios de señales de bolsa que podrían incumplir la normativa de la CNMV, supuesta venta de tarjetas de crédito que aparentan ser robadas, aparentes billetes falsos que prometen pasar todos los controles de verificación e incluso permisos de conducción, pasaportes y DNI españoles. La lista de servicios supuestamente fraudulentos que se anuncian diariamente en Instagram es, cuanto menos, digna de estudio.

A pesar de las constantes denuncias, cuya resolución siempre es la misma «El anuncio ha sido retirado por incumplir las políticas de Instagram», la publicidad con contenido dudoso sigue apareciendo en mi perfil. Para comprobar que no se trata de algo puntual, me dispuse a preguntar a varias amistades y compañeros de trabajo. El propio equipo de redacción de tuexperto.com se quedó sorprendido por el contenido de estos anuncios.
En mi grupo de amistades más cercanas, sin embargo, sí que aparecieron algunos testimonios confirmando la aparición de espacios de publicidad similares. Tras cinco minutos de búsqueda en Google, di con este artículo en inglés que retrataba exactamente el mismo caso. El artículo en cuestión comienza de la siguiente manera:
«Durante los últimos meses, Instagram me ha servido un flujo constante de anuncios de drogas duras, tarjetas de crédito robadas, cuentas hackeadas, armas, dinero en efectivo falso, cantidades al por mayor de hierba y estafas de Cash App, así como una oferta de trabajo en idioma ruso que busca terapeutas de masaje pagados en efectivo»
Traducido e interpretado de la página web 404media.co
Incluso dentro del propio artículo podemos encontrar un vídeo mostrando este tipo de contenido. El mismo autor asegura que, tras acceder a uno de estos anuncios, la cantidad de publicidad relacionada con la venta de productos y servicios aparentemente ilegales aumentó de manera exponencial, algo que yo mismo he podido sufrir en mis propias carnes. Hablamos de anuncios que de sutil tienen poco, ya que en muchos casos muestran el producto en todo su esplendor.
Marih*ana, hach*s, mujeres hipersexualizadas, documentos de identidad expedidos de manera fraudulenta y un largo etcétera. El autor original del artículo mencionado llega a afirmar haber recibido anuncios de venta de armas, algoritmos para invertir en criptomonedas de manera automática y todo tipo de sustancias ilegales que van más allá de las drogas que todos conocemos, como coca*na, cristal, DMT y ketam*na.
¿Cómo llegan estos anuncios a publicarse en Instagram?
Llegados a este punto, puede que te lo hayas preguntado. Lo primero que podemos pensar es, ¿cómo un contenido tan explicito puede llegar a superar los filtros de moderación de Instagram? La respuesta la tiene el mismo autor del artículo de 404media.co, Jason Koebler, quien se surtió del apoyo de Karan Lala, un becario fundador del Instituto de Integridad, que fue creado por antiguos miembros del equipo de Integridad de Facebook.

Tal como señala el propio Koebler, Lala ha estudiado previamente la prevalencia de las cuentas de spam que se anuncian en las plataformas de Meta. Según Lala, el motivo podría deberse a una combinación de ingenio con una falta de recursos por parte de la compañía. Aunque de los motivos concretos hablaremos más adelante, el fundador del Instituto de la Integridad afirma lo siguiente:
Después de analizar algunas de las cuentas que le envié, Lala especuló que las personas que compran estos anuncios están circulando a través de teléfonos desechables (burner phones, en inglés), usando aplicaciones VPN y haciendo otras cosas para hacer que sus anuncios y sus cuentas alternativas sean más difíciles de detectar para Facebook: «Creas una cuenta en un teléfono desechable de 50 dólares, la usas hasta que se bloquee y luego pasas a otro dispositivo».
También se dio cuenta de que muchas de las cuentas que publicaban anuncios tenían meses o años, lo que sugiere que los vendedores están haciendo, comprando o pirateando cuentas, dejándolas «maduras» y luego «haciendo más actividades de alto riesgo con ellas». Lo hacen porque es probable que Facebook haga más escrutinio en los anuncios de nuevas cuentas que podrían haberse hecho específicamente para este propósito.
Traducido e interpretado de la página web 404media.co
Esta manera de proceder nos hace pensar que tras este tipo de anuncios se podrían encontrar diversos grupos organizados cuya única y principal actividad es la de publicar anuncios de manera fraudulenta en Instagram. El objetivo daría para otro artículo, pero todo apunta a supuestos fines de venta y promoción de productos ilegales, así como robo de identidad, cuentas bancarias y posterior blanqueo de capitales.
Y lo más importante, ¿cuál es el destino de estos anuncios y por qué se permiten?
En su mayoría, el destino de estos anuncios es llevarte a canales de Telegram, algunos con decenas de miles de seguidores. Un canal en concreto contaba con cientos de miembros con vídeos explícitos de drogas y venta a siete países de la Unión Europea. Otros canales de señales de bolsa y apuestas masivas concentraban más de 30.000 seguidores, incluso de algún que otro curso de trading algunas de cuyas opiniones en Trustpilot denuncian publicidad engañosa y contratación fraudulenta de una financiación con un valor superior a 2.000 euros.
En definitiva, un mar de servicios que distan bastante de la legalidad de cualquier país europeo. Koebler concluye su artículo reflexionando sobre la dificultad de moderación de contenido de Facebook debido al volumen de publicaciones, procedente de miles de millones de usuarios de casi todos los países del mundo en una variedad de idiomas y de una variedad de culturas diferentes.
«Si bien es cierto que la moderación de contenido es difícil, hay una diferencia entre permitir que alguien publique enlaces a mercados de medicamentos en la plataforma y vender activamente anuncios para estos mercados e inyectar esas publicaciones directamente en los feeds de los usuarios», afirma Koebler. La cosa no acaba ahí.
A todo lo anterior habría que sumarle la falta de acción por parte de Meta. Aunque la mayoría de anuncios fueron eliminados tras formalizar la pertinente denuncia, en algunos casos fueron rechazadas. Lo mismo sucede con el contenido que denigra a determinados colectivos y refuerza los discursos políticos de ultraderecha que atentan contra la integridad de las personas, algo que ya han podido corroborar diversos informes.

En 2022, sin ir más lejos, un estudio conjunto entre Global Witness y Cybersecurity for Democracy de la Universidad de Nueva York determinó que «Facebook no detectó, o simplemente ignoró, las amenazas de muerte contra los trabajadores electorales contenidas en una serie de anuncios enviados a la empresa». Laura Edelson, investigadora de la misma universidad neoyorkina que se especializa en el gasto publicitario en redes sociales, lo achaca a los recientes despidos que se han llevado a cabo a lo largo de los últimos meses en diferentes empresas tecnológicas.
En concreto, la experta afirma lo siguiente:
Desafortunadamente, todo esto podría ser una consecuencia de los recientes despidos en Trust & Safety que Meta ha hecho. La seguridad es un juego en constante evolución y es posible que Meta ya no tenga los recursos para mantenerse al día con las tácticas que los malos actores están utilizando para eludir la aplicación de las políticas.
En este caso, los anunciantes están dirigiendo a los usuarios fuera de la plataforma. Facebook solía tener una detección bastante sofisticada de este tipo de actividad, pero el volumen que está apareciendo una búsqueda trivial en este momento indica que puede que ya no sea el caso.
Traducido e interpretado de la página web 404media.co
En definitiva, la falta de inversión por parte de Meta en su equipo de moderación, sumada a una rápida búsqueda de ingresos a través de la publicidad, hace que la calidad y el algoritmo de sus aplicaciones quede en entredicho, incluso tras las diversas controversias a raíz del caso Cambridge Analytica. La cuestión es, ¿a qué conducirá esta política de empresa, que está sirviendo sus redes sociales en bandeja a supuestos grupos criminales, como si de un portal de la dark web se tratara, para promocionar todo tipo de productos aparentemente ilegales? Y lo que un servidor se pregunta, ¿todo vale por dinero, que es algo que a la empresa no le falta precisamente?
Habrá que ver si la Unión Europea decide poner coto a estas prácticas; mientras tanto, tendremos que cuidarnos las espaldas virtualmente para evitar caer en estafas más sutiles que las mostradas a lo largo del artículo.