Mi experiencia con el Huawei Mate 50 Pro tras una semana de uso

En Huawei han vuelto al buen camino que llevaban años trabajando con su nuevo Huawei Mate 50 Pro. No, no es que ahora sus móviles vuelvan a tener los servicios de Google. Para nuestra desgracia. Es que su Mate 50 Pro es casi todo lo que se espera de un móvil de gama Premium. Y más aún: lo que nos enamoró de los Huawei P. Sin lugar a dudas ha logrado su mejor móvil hasta la fecha. Y una de las cámaras fotográficas de este 2022. Pero hay mucho más que desgranar en este móvil.

Como anticipo te cuento que he usado el Huawei Mate 50 Pro como mi móvil de cabecera durante algo más de una semana. Sí, he pasado mis conversaciones y copias de seguridad de WhatsApp, mis cuentas en redes sociales, apps bancarias e incluso me las he apañado para usar Google Maps y Google Chrome a pesar de las restricciones. Se trata de un móvil de 1.200 euros con una pantalla de 6,74 pulgadas, cuatro cámaras de lo más resolutivas gracias a su sistema XMAGE, una batería con carga rápida de 66 watios y mucho software interno para mejorar la experiencia de uso. Pero ¿se nota? ¿Cumple con lo que se espera de un móvil de la gama más alta? ¿Puedo pasar a usarlo sin los servicios de Google? Te respondo a todo esto (y espero que a muchas otras cosas más) a lo largo de este análisis de uso.

Diseño elegante pero no icónico

Vivimos en un tiempo en el que cada fabricante tiene su propio estilo y su marca personal para conseguir distinguir con un golpe de vista un teléfono de otro. Huawei arrastra sus líneas y gran calidad de construcción que viene manteniendo desde hace varias generaciones de móviles. No es diferente en este Huawei Mate 50 Pro. Lo noto en sus marcos, en la curvatura del panel y la carcasa trasera en los laterales, o en aquello de construir un módulo de cámaras circular propio de su familia Mate. Pero, y aquí entra en juego la parte subjetiva del gusto de cada uno, no me resulta un terminal icónico. Y eso que cuenta con un montón de elementos para ello.

Según Huawei han seguido el estilo Clous de Paris o Clavos de París propio de la arquitectura medieval europea para diseñar el módulo de cámaras. Es completamente simétrico, con cuatro cámaras y dos elementos como el flash LED y un rótulo que crean armonía. Sin embargo, y a pesar del círculo metálico con relieve que rodea todo este módulo, se me queda corto para señalar este móvil de manera única y diferente a otros que ya han optado por este círculo trasero. Incluso el Mate 40 Pro tenía algo diferenciador repitiendo esa circunferencia. ¿Quizá más colores para el acabado habrían suplido este minimalismo y extrema limpieza de líneas en el Huaweo Mate 50 Pro? Puede ser.

En mi caso he usado el acabado negro. De nuevo, elegante y Premium pero poco vistoso y diferenciador. Sí he visto el acabado en blanco como algo más llamativo. Por cierto, el cristal de la carcasa trasera no aplica ninguna de las últimas tecnologías para evitar las huellas. Y, teniendo en cuenta cómo sobresalen las cámaras sobre el propio módulo de cámaras (muy poco pero sobresalen), la mejor opción es usar siempre la funda protectora. Por cierto, llega incluida en la caja.

Gran pantalla pero sin llegar a ser Premium

El Huawei Mate 50 Pro es un móvil algo desequilibrado. Y el panel es un claro ejemplo de esto que se da a lo largo de varios de sus aspectos. Sí, es una pantalla OLED de 2.616 × 1.212 píxeles de resolución. Y por supuesto cumple con otras características clave de los móviles de más alta gama como una tasa de refresco de 120 Hz o contar con un diseño curvado en los laterales. Sin embargo hay varios peros a concretar.

Uno es que este panel no cuenta con tecnología LTPO que sí vemos en otros grandes móviles de 2022. Con ella se ahorra un importante pellizco de energía al gestionar al detalle la frecuencia de la tasa de refresco de forma individual. A cambio sí hay un muestreo de 300 Hz en la frecuencia táctil.

En otras palabras, es una buena pantalla OLED, capaz de representar dignamente un amplio espectro de colores (yo he tenido que activar el modo vívido para evitar un deje cálido en la representación de estos tonos). Y, lo más importante, dando una gran sensación de calidad de imagen al mostrar negros profundos. Pero no es la tecnología más avanzada y eficiente del mercado.

También hay un ligero pero con la sensibilidad táctil que curiosamente antes no me sucedía con las pantallas curvas de Huawei. Quizá sea porque no he usado una funda protectora durante esta semana que me impida pulsar accidentalmente los extremos del panel. Pero la verdad es que sí se ha escapado alguna pulsación involuntaria el tocar parte de esta curvatura con los pliegues de mi pulgar.

Aun así, la pantalla cumple con un notable alto gracias a la personalización y calibración de todos los aspectos: tono, refresco y resolución. Se ve bien pero no sorprende. Y ese extra de autonomía de la tecnología LTPO habría ayudado a subir la nota en el apartado de la batería.

Su razón de ser: uno de los mejores apartados fotográficos del año

Sorprendentemente, Huawei parece haber delegado todos los avances fotográficos de su familia P a este Huawei Mate 50 Pro. O al menos es la sensación que he tenido desde el primer momento en el que me he puesto a trastear con las cámaras. He necesitado muy poco tiempo para darme cuenta de que estaba ante uno de los top 3 apartados de cámara del año. Resolutivo, con calidad y con un montón de extras para hacer toda clase de virguerías visuales. Con este móvil los límites entre la fotografía móvil y la fotografía con cámara se desdibujan de verdad.

Soy fan (que no fan boy) de las cámaras de Huawei desde que probé el Huawei P20 Pro con varios motivos fundados: nitidez y definición, procesado de datos, luminosidad, rango dinámico, versatilidad ante diferentes situaciones… Y terminó de conquistarme el modo Apertura del Huawei P40 Pro que he usado hasta la saciedad para ilustrar reviews y hacer retratos que pueden parecer creados con una cámara réflex. Pues bien, ahora el Mate 50 Pro da un paso adelante con varios avances de lo más significativos en estos dos ámbitos. Y francamente: lo he disfrutado muchísimo.

Por un lado está su apertura F 1.4, que no solo permite un 24% más de luminosidad, sino que también se incorpora de forma mecánica al objetivo principal. ¿El resultado? Fotos con más luminosidad para salvar situaciones nocturnas o complicadas, y también la posibilidad de jugar manualmente con la profundidad y el desenfoque de manera mecánica y no cediendo todo al algoritmo y el motor XD Fusion Pro. Que por otra parte suele hacer un buen trabajo. El resultado es poder usar el modo Apertura en ambientes oscuros como un bar cuando ya ha anochecido o una noche lluviosa y aun así conseguir fotos con contornos y detalles definidos, colores realistas y una calidad sorprendente para un móvil. Todo ello sin mucho problema, sin ser experto en fotografía y sin tener un gran pulso. Aunque mi recomendación es que hagas varios disparos porque siempre es más complicado que una fotografía normal o con mayor luminosidad. Aun así, he capturado escenas complejas como mi perro olisqueando la calle mojada en una noche de tormenta con luces de farolas y semáforos. Aún no he conseguido estos resultados con ningún otro móvil de 2022.

Por cierto, el modo Apertura ahora tiene dos modos de apertura, valga la redudancia. Uno virtual, aprovechando la Inteligencia Artificial además de la capacidad óptica para crear ese bokeh o desenfoque más marcado y algo irreal. Y uno completamente físico, viendo cómo al abrir o cerrar la apertura, las pestañas del objetivo dejan entrar más o menos luz. Consigue un desenfoque real, aunque menos marcado. Aquí es donde se desdibuja esa línea con las cámaras réflex, aunque aún hay mucho camino que recorrer.

Este apartado fotográfico del Huawei Mate 50 Pro está formado por la cámara principal con ultra apertura, que cuenta con sensor de 50 megapíxeles del tipo RYYB (la tecnología que usa sensores amarillos en vez de verdes para capturar más luz del entorno). Un sensor secundario de 13 megapíxeles y apertura f/2.2 con óptica ultra gran angular. Y una tercera cámara con óptica telescópica de hasta 200 aumentos digitales (3,5 aumentos ópticos) y sensor de 64 megapíxeles con el mismo sistema RYYB. Con este esquema y gracias al motor XD Fusion Pro he podido comprobar que Huawei sigue apostando por la versatilidad de situaciones. Más allá de conseguir mostrar detalles en escenas oscuras, juega muy bien sus cartas con zonas de altos contrastes, aunque sea mediante retoque posterior a la captura. Del mismo modo las fotos a contraluz, con diferentes variaciones de un mismo tono cromático, con detalles de texturas y un sinfín de situaciones y elementos suelen quedar realmente bien.

Por supuesto, hay diferencias entre las fotos con la cámara principal y la cámara ultra gran angular. Y el teleobjetivo sigue siendo más útil para espiar o ver detalles que tu ojo no ve que para conseguir buenas fotos lejanas. Sin embargo, los resultados son superiores a lo visto en generaciones anteriores y mucho más equilibrados que en cualquier tope de gama actual. Aunque también se mantienen problemas como un recorte demasiado forzado en el modo retrato y texturas poco realistas en cuanto entra en juego el modo belleza. Es decir, fotos muy “chinas” o de gustos asiáticos. Pero esto no quita todas las posibilidades que ofrece el modo profesional o los buenos resultados del resto de modos fotográficos. Que por cierto, hay para todos los gustos.

En cuanto al vídeo no hay grandes avances. Podemos grabar en 4K y conseguir una buena definición de elementos y aprovechar la luminosidad del objetivo principal. Sin embargo, las opciones de belleza han de aprovecharse en FullHD, de la misma manera que el modo de estabilización extra o el seguimiento de objetos. Un extra curioso pero que apenas he aprovechado es el modo macro para vídeo. Si te gusta capturar detalles muy cercanos este Huawei Mate 50 Pro también te ayuda con sus ópticas. Lo dicho, Huawei no ha hecho más que sumar en este apartado.

Sin los servicios de Google y sin 5G, pero más que solvente

Si miramos bajo el capó encontramos cuestiones muy interesantes y que hay que comentar en este Huawei Mate 50 Pro. Todos los elementos están movidos por el procesador Qualcomm Snapdragon 8+ Gen 1. Lo último en procesadores en este 2022. Lo cual asegura solvencia y capacidad para moverlo absolutamente todo: aplicaciones, juegos exigentes, programas, multitarea… Y lo hace con un rendimiento propio de la gama en la que se mueve. No he encontrado problemas al usar filtros de Instagram, jugar con todos los modos de la cámara de fotos, mantener abiertas un montón de apps, etc. Pero hay un gran punto en su contra: las limitaciones impuestas por EEUU, que en este caso no solo se traduce en la falta de los servicios de Google sino también en la conectividad.

Así, nos encontramos con un móvil que solo funciona sobre redes 4G de Internet, dejando el 5G para aquellos fabricantes que no están en la lista negra de Estados Unidos. Pero no es algo que haya echado en falta durante mi semana de uso. Al fin y al cabo la navegación, el uso de WhatsApp o incluso la descarga de apps es ágil en 4G, y no todas las compañías telefónicas ofrecen 5G pleno y sin límites. Vaya, que solo lo vas a notar si eres experto en la materia y te fijas mucho.

Lo que sí vas a notar es la ausencia de los servicios de Google. Olvídate de la Google Play Store. De guardar tus copias de seguridad de WhatsApp en Google Drive. De usar Google Maps para moverte o buscar restaurantes… Tienes alternativas a casi todo que usan los HMS o servicios de Huawei. Pero la experiencia no es la misma y te encontrarás problemas para combinarlo todo o usar el mismo flujo de trabajo que cualquier otro móvil Android.

En mi caso no he querido renunciar del todo, así que he instalado GSpace. Es una especie de máquina virtual que hace correr los servicios de Google y apps que los necesitan. No es cómodo, ya que hay publicidad y a veces hace que estas apps se cierren. Pero he usado el Huawei Mate 50 Pro como cualquier móvil Android durante esta semana en teoría, con las salvedades de la publicidad y los parones en la práctica.

Sin embargo, veo un problema aún mayor. Aunque podamos prescindir de los servicios de Google, Huawei no cuenta con potentes alternativas. Y, si las tiene, cuentan con una experiencia muy pobre. Desde la tienda de apps AppGallery, que te hace esperar varios segundos hasta que puedes saltar la publicidad inicial, hasta los contenidos que integra, que también cuenta con anuncios. Incluso he visto una notificación de Petal Maps, su app de mapas, donde me ofrecían descuentos en establecimientos cercanos por el Black Friday. Lo siento, pero una cosa es echar de menos los servicios de Google y otra muy distinta sufrir una experiencia de usuario no Premium tras haber desembolsado 1.200 euros. Por ahí sí que no, Huawei.

Buena nota en autonomía, pero sin llegar a la matrícula

Huawei puede seguir presumiendo de estar en la vanguardia de la autonomía móvil. Quizá no por alcanzar los datos de tecnología de carga rápida como Xiaomi u OPPO (más de 100 watios de potencia), pero sí por la gestión de la energía que guardan sus baterías.

Este Huawei Mate 50 Pro no me ha sorprendido, pero me ha satisfecho al no tener que estar pensando en la carga de su batería en ningún momento del día. He hecho muchas fotografías, he escrito por WhatsApp, he tenido que utilizar una máquina virtual para lanzar la mitad de apps con los servicios de Google (GSpace) y de vez en cuando he jugado y leído en su gran pantalla. Y, aun así, ningún día de mi experiencia he necesitado cargarlo a mitad de jornada. Con más o menos soltura, siempre he llegado a las 11 de la noche con algo de batería. Una gestión que no sorprende tanto como en el Huawei P40 Pro, pero que sobrepasa todo lo visto en los móviles de gama alta del resto de fabricantes. Y todo ello sin cerrar servicios ni apps.

Sí es cierto que este móvil no usa conectividad 5G, que supone un mayor procesamiento de datos y algo más de consumo de energía. Pero parece que el software de este móvil sabe mantener los diferentes componentes a raya para que todo funcione fluido y sin problemas de autonomía. Es más, el móvil de Huawei ya no se apaga cuando baja del 3% de batería. En ese momento entra en el modo ultra de ahorro de energía, transformándose en un terminal “no inteligente” pero funcional para recibir llamadas por si necesitamos algo más de tiempo antes de conectarlo a la corriente. Concretamente, hasta 12 minutos de llamada en este modo, o hasta 3 horas de funcionamiento en stand by.

La carga rápida del Huawei Mate 50 Pro es de 66 watios, lo que supone cargar sus 4.700 mAh en algo más de media hora. Además, incluye sistema de carga rápida inalámbrica de 50 watios si quieres olvidarte de cables. De nuevo, no es lo más avanzado del mercado, pero cumple con buena nota.

Conclusiones tras una semana de uso

Esta experiencia de uso me ha sabido a poco. Noto que solo he rascado la superficie de este Huawei Mate 50 Pro. No he explotado al máximo todas las bondades de su punto más fuerte: la cámara. Y me ha quedado por explorar en detalle muchos de los recovecos de su trabajado y avanzado software. Y es que Huawei ha seguido algunos de los pasos de Apple para mejorar la experiencia de usuario con elementos como arrastrar contenidos entre apps, personalizar casi todo el espacio (¡quiero de vuelta la barra de notificaciones únicas!) o tener una multiventana realmente práctica. Todo puntos a favor. Aunque estos días me han servido para encontrar algunos peros.

Y es que este móvil no es el terminal perfecto. Algo más de resolución y tecnologías avanzadas en pantalla, sonido más potente, conectividad 5G y una tienda de aplicaciones más capaz y menos publicitada lo harían realmente redondo. O justificarían ser lo más avanzado del mercado y, por tanto, su coste.

Sí, es potente y avanzado, pero hay algunos baches que hacen difícil aquello de justificar sus 1.200 euros de precio frente a otros terminales de la misma gama. Sin poder suplir completamente los servicios de Google y teniendo en cuenta sus peros, es posible que el usuario medio o avanzado no opte por hacerse con este Huawei Mate 50 Pro. Al final supone un esfuerzo extra sobre otros terminales de 1.200 euros que son Android, aunque no tengan puntos tan sobresalientes. Una pena, porque no deja de ser uno de los mejores móviles para tomar fotografías en este 2022.