Los dispositivos plegables de Samsung llaman rápidamente la atención por su construcción y su pantalla. Que la firma coreana ha innovado con sus dispositivos plegables es una obviedad. Pero el hardware no lo es todo y es importante que el software esté a la altura. ¿Qué cambios ha aplicado Samsung a OneUI y a Android para que se adapten mejor a sus nuevos dispositivos?
No todos los plegables de Samsung son iguales
Samsung ha estado trabajando duro en el software de sus teléfonos. El resultado es que este no actúa igual en todos sus dispositivos. Los desarrolladores han buscado maneras de innovar en cada tipo de plegable y adaptar el sistema operativo a las características de sus respectivas pantallas. El Galaxy Z Fold3 5G permite trabajar a los usuarios de forma productiva y eficaz en una pantalla grande, como si de una tableta se tratara. Sin embargo, el Galaxy Z Flip3 es un plegable con una forma más tradicional, con una experiencia similar a la de un teléfono convencional.
Galaxy Z Flip3: personalización y productividad gracias a la interfaz
El Samsung Galaxy Z Flip3 permite realizar acciones incluso cuando está cerrado. La pequeña pantalla táctil alojada junto a las cámaras dispone de algunas aplicaciones útiles. Pero Samsung ha trabajado para que sea también un elemento de personalización. Por eso, ha incluido una gran variedad de diseños que modifican la apariencia del reloj y otros elementos de la interfaz.
Además de los aspectos decorativos, la interfaz del Samsung Galaxy Z Flip3 se adapta a las circunstancias dependiendo del grado de apertura de la bisagra. Es posible que el usuario abra el teléfono a medias, es decir, que use la parte inferior como base y la superior para ver contenido. El sistema operativo detecta que el teléfono se está usando de esa manera y reorienta las aplicaciones, asignando una parte del contenido a la zona superior de la pantalla y otra a la inferior.
Galaxy Z Fold3: la experiencia de la tableta en un teléfono plegable
La pantalla grande del Galaxy Z Fold3 es claramente la protagonista. Los ingenieros de Samsung han tenido que hacer algunos ajustes para que la transición entre el panel pequeño y el de mayor tamaño sea fluida y coherente. En la pantalla de inicio, sin ir más lejos, se ha agregado una función de duplicación. Cuando el teléfono está cerrado, el usuario ve una página del lanzador de aplicaciones. Pero al abrirlo, la pantalla muestra dos páginas, en vez de mostrar una sola en un formato más amplio. Así, desplegar el teléfono tiene una verdadera utilidad y se aprovechan mejor las pulgadas extra.
Otra de las modificaciones que la compañía ha introducido en este modelo es la activación de Multiview de forma predeterminada. Con esta característica, se agrega una barra lateral desde la cual el usuario puede abrir varias aplicaciones a la vez y ejecutarlas de forma simultánea en pantalla. Además, es una mejora que permite acceder a las aplicaciones recientes, actuando de forma muy parecido a como lo hace la barra de tareas en Windows 10.
Por último, los responsables de UX en Samsung han agregado pequeñas modificaciones al software nativo. Un buen ejemplo de esto es la aplicación del reloj. Cuando un usuario utiliza el Galaxy Z Fold3 desplegado, inicia un temporizador y cambia de aplicación, aparece un widget flotante que le permite consultar el tiempo restante. Por otro lado, puede que el teléfono se utilice en modo estante, sin llegar a abrir la bisagra por completo. En ese caso, la función Flex se encarga de adaptar la interfaz. Por ejemplo, si el usuario está reproduciendo un vídeo, este pasa a la zona superior y en la inferior aparecen los controles del reproductor. Ambos detalles demuestran que estas pequeñas modificaciones, aunque en apariencia parezcan insignificantes, consiguen mejorar la experiencia de usuario en dispositivos plegables.
