Don’t be evil. No seas malvado. Nos gustaría pensar que hubo un día en que este eslogan significaba algo en las entrañas de Google. Un gigante que ha decidido tomar la carretera de en medio para huir del impuesto conocido como «Tasa Google» y que se refiere al Impuesto sobre Servicios Digitales que se ha aprobado en España el pasado octubre. Un recargo del 3% sobre su actividad dirigido a las grandes compañías tecnológicas que apenas tributaban en nuestro país.
Pues bien, en un giro que muestra hasta qué punto el negocio es lo primero, Google ha decidido cargar a las empresas que trabajan en España con sus anuncios de Google Ads con un 2% adicional del coste para cubrir este impuesto. Es decir, en vez de pagar por su actividad, van a hacer repercutir este impuesto en las empresas que trabajen con ellos, ya sean grandes corporaciones o pequeños empresarios por igual. Una vuelta de tuerca a esta iniciativa denominada Tasa Google que también se está llevando a cabo en otros países europeos. De hecho, la compañía del buscador también ha anunciado ese mismo recargo de un 2% en la factura de los anuncios de Google.
El cambio entrará en vigor a partir del 1 de mayo de este mismo año. Por poner un ejemplo, si contratas 100 euros en anuncios de Google Ads a partir de esa fecha, ahora se facturará 102 euros con ese extra del 2%, además de luego otros impuestos como el IVA. Por cierto, esto no solo se aplica a empresas españolas, sino a todas aquellas empresas que quieran mostrar los anuncios de Google Ads en España.
Google, no estás sola: Amazon también te acompaña
No nos engañemos. Google es solo una más de las grandes corporaciones que han decidido tomar decisiones similares para evitar pagar directamente el Impuesto sobre Servicios Digitales o Tasa Google como se le conoce popularmente. Hay que recordar que la idea de este impuesto nació para hacer frente a situaciones esperpénticas, como por ejemplo que Apple llegara a declarar pérdidas en España y la declaración de la Renta le saliera a devolver. Estas situaciones se producían gracias a la ambigüedad de los servicios digitales y a maniobras legales usando paraísos fiscales como Irlanda. En vista de esto, el Gobierno Español ideó un impuesto que gravara solamente a las grandes empresas con más de 750 millones de facturación a nivel mundial y que facturaran en España más de tres millones.
Pues bien, el tiro ha salido por la culata porque las grandes compañías como Google, Amazon y en menor medida Apple (hasta la fecha) han revertido este impuesto en las empresas que usan sus servicios digitales. Por ejemplo, en el caso de Amazon a partir de abril aumentarán las tasas de los anuncios que hay en su plataforma en un 3% en España para adecuarse a este impuesto. De nuevo, el problema es que esto a quien va a afectar más es al pequeño empresario que quiera tener su tienda en Amazon.
En el caso de Apple, ya ha repercutido en los desarrolladores de varios países este impuesto, aunque de momento no ha anunciado los cambios para España (todo indica que sea cuestión de tiempo). En definitiva, una iniciativa lógica por parte de los gobiernos de distintos países pero que corre el peligro de quedar en agua de borrajas por estas maniobras de las grandes compañías más que discutibles a nivel ético.
La postura oficial de Google sobre este cambio en las tarifas de Google Ads es la siguiente: «Los impuestos sobre Determinados Servicios Digitales incrementan el coste de la publicidad digital por lo que hemos informado a nuestros clientes que, a partir del 1 de mayo de 2021, añadiremos un recargo a las facturas relativas a los anuncios servidos en España. Este cargo adicional tiene por objeto cubrir parte de los costes asociados al cumplimiento de los Impuestos sobre Servicios Digitales en vigor en España. Continuaremos pagando todos los impuestos que nos corresponden tanto en España como en el resto de países en los que operamos y alentamos a los gobiernos a nivel global a llevar a cabo una reforma fiscal internacional en lugar de implementar impuestos unilaterales».
