La Vía Láctea es un conjunto de exoplanetas en el que buena parte de ellos son de tamaño modesto, rocosos y de climas templados, como el nuestro. Esto significa que la búsqueda de vida en otros lugares del universo es un intrigante paso adelante que nos lleva a la pregunta sobre si en estos otros mundos “no tan lejanos” podríamos encontrar vida.
La semana pasada, dicha pregunta ha podido ser resuelta parcialmente, ya que supuestamente se ha encontrado vida aérea en las nubes de nuestro planeta vecino Venus. Un descubrimiento que se suma a una larga lista de hallazgos de la astronomía en los últimos años.
Por ello, hoy hemos querido recopilar los más relevantes de la última década y que estamos seguros no dejarán indiferente a ninguno. A continuación, os presentamos nuestra selección con los 10 descubrimientos más recientes del espacio. ¡Empezamos!
Vida en Venus
En el cielo tóxico del planeta Venus, un equipo de astrónomos de de Reino Unido, Estados Unidos y Japón ha descubierto trazas de fosfina, una molécula poco común que podría albergar signos de vida.
¿Y por qué es interesante esto? La producción de este gas, tres átomos de hidrógeno y un átomo de fósforo, está relacionada con la vida en la Tierra, ya que las bacterias de nuestro planeta toman fosfato de minerales y material biológico añadiendo el hidrógeno durante el proceso.
A pesar de que las cantidades de fosfatos halladas en la atmósfera de Venus son muy pequeñas, su origen podría estar basado en organismos vivos, aunque poco tendrían que ver con sus parientes terrestres, dadas las condiciones de vida a las que están sometidos: temperaturas de 450 grados y una atmósfera venenosa formada por dióxido de carbono y nitrógeno principalmente.
Estudio de los Gemelos
El año pasado la NASA publicó los resultados de una investigación conocida como Twins Study (Estudio de los Gemelos). Esta consistía en observar los cambios que sufría el cuerpo humano durante un año de viaje por el espacio.
Los astronautas retirados de la NASA Scott Kelly y su hermano gemelo Mark, participaron en esta investigación realizada entre 2015 y 2016. Mark desde la Tierra, y Scott como caso de prueba desde el Espacio a bordo de la Estación Espacial Internacional durante 340 días.
Entre los hallazgos más llamativos se incluyen cromosomas rotos que se reorganizan en inversiones cromosómicas, que el sistema inmunológico es completamente funcional durante las misiones espaciales y la variabilidad en la expresión de genes, que puede ayudar a determinar cómo está relacionada con los riesgos para la salud en vuelos espaciales.
El agujero negro más cercano al sistema solar
Las observaciones realizadas por el Observatorio Europeo Austral (en inglés European Southern Observatory, ESO) gracias a su tecnología de telescopios de óptica activa han permitido una gran cantidad de avances en el área de la astronomía.
Uno de sus últimos grandes hallazgos ha sido el descubrimiento del agujero negro más cercano a nuestro sistema solar. Tan solo 1.000 años luz de distancia lo separan de nuestro planeta, lo que equivale a unos 9.500 billones de km.
Esto puede parecer muy lejos (y lo es ciertamente), pero si asumimos la verdadera escala del universo diríamos que está a la vuelta de la esquina.
Un sistema planetario muy poblado
Precisamente, gracias al uso de los telescopios de ESO, en 2010 un equipo de astrónomos descubrió un sistema compuesto de hasta siete planetas que orbitan alrededor de una estrella similar al Sol conocida como HD 10180, y que siguen un patrón similar al de nuestro sistema solar.
Construcciones de cemento en el espacio
Un estudio sobre muestras de cemento procesadas en el espacio demostró que éstas presentaban cambios considerables en su microestructura como el aumento de la porosidad, o la presencia de más espacios abiertos.
Demostrar que el cemento puede llegar a endurecerse en el espacio supondría un gran avance para futuras construcciones lunares o marcianas.
Microscopía de fluorescencia
Un microscopio de fluorescencia miniaturizado permitió observar cambios en las células vivas en condiciones de microgravedad. Gracias a su capacidad de imagen rápida, este microscopio posibilita el análisis en tiempo real del comportamiento celular durante un vuelo espacial de larga duración.
Este tipo de análisis en tiempo real durante una misión espacial favorece el conocimiento sobre la forma en que las células del cuerpo humano reaccionan y se adaptan a entornos sin gravedad.
Primera imagen de un agujero negro
El año pasado se divisó por fin se pudo tomar la primera imagen de un agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia Messier 87, situada a unos 54 millones de años luz de la Tierra.
Una imagen algo borrosa, que vino a demostrar que efectivamente los agujeros negros son una especie de esferas oscuras rodeadas por un anillo de luz brillante. Una idea que hasta el año pasado era pura especulación.
Movimientos sísmicos en Marte
La sonda Insight detectó hasta 174 terremotos en Marte durante todo un año desde su aterrizaje en el planeta rojo. Aunque su origen sea distinto al de nuestro planeta, esta actividad sísmica puede ayudar a conocer el interior de nuestro planeta vecino y su historia en general.
La sonda Voyager 2 se adentra en las profundidades del espacio exterior
En su trayecto hacia el infinito (y más allá), la sonda nos dejó algunos datos sin precedentes sobre las capas adicionales que se encuentran entre el límite de nuestro sistema y el espacio interestelar.
En ellas se detectaron vientos solares filtrándose desde el Sistema Solar y que terminan interactuando con los vientos interestelares: gas, polvo y otras partículas provenientes del espacio.
Un agujero negro devora una estrella de neutrones “cercana”
En agosto de 2019, se detectaron una serie de ondas gravitacionales que pasaron por la Tierra. Estas ondas eran las consecuencias de una colisión entre un agujero negro y una estrella de neutrones que tuvo lugar hace mil millones de años atrás.
