Si queréis montar un equipo para jugar, elegir un buen monitor es clave. Debéis tener en cuenta que será uno de los componentes clave de vuestro set-up para disfrutar de la experiencia. Tanto en lo visual como en el gameplay o jugabilidad. Además, si os gusta jugar, pasaréis muchas horas delante de la pantalla, así que lo mejor es que ofrezca cierta calidad. Pero sabemos que no es nada fácil elegir un monitor adecuado para el uso que le vayamos a dar. O, al menos, deberías saber que hay diferentes tipos de paneles según lo que busques hacer con ellos. Las opciones en el mercado son muchísimas, así que vamos a echaros un cable.
Esta vez hemos preferido centrarnos en el tipo de juego al cual esté destinado el monitor. Porque no es lo mismo buscar un monitor para jugar a un FPS que a un juego de coches. No nos entendáis mal, esto no significa que solo podáis jugar a un tipo de juego con estos monitores. Pero si queréis ir un poco más allá, y jugar a alto nivel, necesitaréis un monitor adecuado para vuestro juego favorito. Así que vamos a ver qué tecnologías debemos buscar en un monitor gaming según el tipo de juego al que vayamos a jugar más.
Juegos FPS competitivos
Si lo que queremos es montar un equipo para jugar en modo competitivo a juegos como Call Of Duty, vamos a necesitar un monitor que sea rápido. Así que deberemos fijarnos en dos aspectos: tasa de refresco y velocidad de respuesta.
La tasa de refresco define la frecuencia con la que una pantalla actualiza el número de imágenes que muestra el monitor por segundo. Es decir, indica la suavidad del movimiento de las imágenes que veremos en la pantalla. A más imágenes por segundo, más fluido es el movimiento. Sin trompicones. Se mide en hercios (Hz), y cuantos más Hz tenga el monitor más fluidez tendremos en el juego (siempre que la tarjeta gráfica sea capaz de exprimir al máximo las características del monitor).
Hoy en día los monitores para gamers profesionales alcanzan los 240Hz. Modelos como el LG 27GK750F, un monitor de 27 pulgadas con resolución FHD y que alcanza la comentada frecuencia de actualización de 240 Hz es ideal para este tipo de juegos.
Si no vamos a poder invertir lo suficiente en la gráfica para alcanzar los 240 Hz, son muchos los gamers que utilizan monitores de 144 Hz. Estos ofrecen la frecuencia suficiente para conseguir una imagen fluida, pero con una tasa que más gráficas son capaces de alcanzar. Un buen ejemplo es el LG 24GL600F-B, un monitor con panel TN, resolución QHD, frecuencia de actualización de 144 Hz, tiempo de respuesta de 1 ms y tecnología FreeSync de AMD. Herramientas que aseguran que la tarjeta gráfica y el monitor funcionan al mismo ritmo y de manera ágil.
Al igual que la frecuencia de actualización, la velocidad de respuesta es clave si queremos jugar de forma competitiva. Esta mide lo que tarda el pixel en cambiar de un fotograma a otro. Cuanto menor sea el tiempo de respuesta más rápidas serán las imágenes (sin arriesgarte a que éstas dejen estelas en la pantalla) y por eso los jugadores profesionales buscan monitores con 1 ms de tiempo de respuesta. Sin embargo, también existen modelos muy competitivos que ofrecen tiempos que van entre los 2 y los 5 ms.
Para ayudar con el movimiento tenemos también la tecnología «Reducción del Desenfoque de Movimiento» o Motion Blur Reduction. Esta mejora la experiencia de juego, librándolo de imágenes borrosas. Produce un efecto de inserción de imagen negra (similar a casi el doble de frames cambiando por segundo). Consigue así reducir la borrosidad por movimiento desde que se apaga la luz negra, sin crear marcos de imágenes, y como consecuencia el tiempo de respuesta es mejorado. Esto se consigue al mejorar la Velocidad de Respuesta GTG, llegando a valores de 1 ms.
Los dos modelos de LG comentados anteriormente cuentan con un tiempo de respuesta de 1 ms, así que ambos satisfarán a los jugadores más exigentes.
Por último comentar que, si vais a jugar de forma profesional, el tamaño de la pantalla también es muy importante. Los gamers que aspiran a niveles de competición deberían optar por modelos con formato 16:9 y con un tamaño de 24 o 27 pulgadas, ya que son estos los modelos oficiales de las ligas de competición.
Y en cuanto a la tecnología del panel, aunque los paneles TN son los que habitualmente se asocian con un mejor tiempo de respuesta, LG tiene un panel NanoIPS que da 1 ms nativo. Además, mantiene las características clave de la tecnología IPS, como una mejor reproducción de color y unos ángulos de visión mucho más amplios.
Juegos FPS no competitivos
Si te encantan los juegos FPS pero no tienes pensado jugar de forma profesional, existen monitores muy completos que ofrecen tasas de refresco de 75 Hz. Estos ofrecen una velocidad más que aceptable para jugar de forma fluida y, además, no necesitaremos invertir tanto en una gráfica para aprovecharlos al máximo.
Un buen ejemplo es el LG 29UM69G-B, un monitor con pantalla IPS de 29 pulgadas ultrapanorámica y con resolución de 2.560 x 1.080 píxeles. Gracias a Motion Blur Reduction, este monitor alcanza una velocidad de respuesta de 1 ms. También cuenta con una frecuencia de actualización de 75 Hz y tecnología FreeSync de AMD para mejorar la comunicación entre la gráfica y el monitor.
Y si no vamos a jugar de forma profesional también tenemos una mayor libertad para elegir tamaño. Podemos incluso escoger un monitor de tipo Ultrawide (Ratio de aspecto 21:9), como el comentado modelo de LG, que nos proporciona una mayor visión de la acción que un monitor normal (si el juego es compatible con este formato) gracias al 32% más de superficie de pantalla. Algo que te mete de lleno en el juego para disfrutar de la experiencia.
Juegos de conducción
Si lo vuestro son los juegos de conducción, debéis tener en cuenta varios factores. Por un lado la tasa de refresco, que vuelve a ser muy importante. Aunque no es una característica clave como a la hora de jugar en modo competitivo, a más imágenes por segundo más suavidad notaremos en el juego. Más definidos estarán los coches y los escenarios a pesar de la velocidad.
Lo normal en los monitores de sobremesa es contar con una frecuencia de refresco de 60Hz. Pero si queremos aprovechar al máximo este tipo de juegos deberíamos buscar un monitor capaz de trabar a 75 Hz o incluso 144 Hz si tenemos una gráfica capaz de alcanzar esta tasa.
Pero quizás lo más importante para disfrutar de un juego de coches sea el formato de pantalla elegido. Y aquí los nuevos monitores ultrawide con formato 21:9 y grandes tamaños tienen mucho que decir. Monitores como el LG 34GK950G-B, un espectacular modelo de 34 pulgadas con 120 Hz y tecnología Nvidia G-Sync. Más ancho lo hace más envolvente. Con una sensación más cercana a la conducción o a la vista natural, apaisada o panorámica.
Y si lo tuyo es jugar a lo grande, puedes echar un vistazo al nuevo LG 49WL95C-W, un impresionante monitor de 49 pulgadas con formato 32:9. Es como tener 2 monitores en un solo dispositivo.
Juegos deportivos
Para jugar a juegos deportivos, como FIFA, también necesitaremos un monitor que ofrezca una buena respuesta ante el Input lag (conocido como latencia). Es tan importante como en un FPS competitivo, ya que lo que queremos es que nuestras acciones sobre el controlador (mando, cursor, joystick, etc) tengan una traducción instantánea por pantalla, no que se ejecuten con retardo, dando margen al rival para contraatacar.
La tecnología Dynamic Action Sync minimiza el retraso en la entrada y el desfase debido al factor humano (tanto en la imagen, si estás jugando online, como en el controlador/mando) para que los jugadores puedan reaccionar rápidamente a la acción. Esta tecnología permite ver la acción en tiempo real, tal y como ocurre en el juego, al no añadir retrasos por el procesado de imagen (minimiza el LAG) permitiendo a los usuarios atacar al instante a su adversario, sin demora alguna.
Por otro lado debemos fijarnos en la resolución. Como norma general, ningún monitor gaming debería estar por debajo de la resolución Full HD (1.920 x 1.080 píxeles). Si queremos un monitor de gran tamaño, 24 pulgadas en adelante, deberíamos buscar un monitor con resolución QHD. Y si lo queremos extremadamente grande, como un 32 pulgadas, no estaría de más buscar un modelo con resolución 4K. Aunque eso sí, a mayor resolución mejor tarjeta gráfica necesitaremos. Así disfrutaremos de los detalles del campo, el modelado de los personajes y las texturas de todos estos elementos.
En los juegos deportivos vamos a tener movimientos rápidos, así que sería conveniente que el monitor elegido tuviera FreeSync o G-Sync, según la gráfica que tengamos. Estas tecnologías reducen el parpadeo de la imagen, ayudando a conseguir un juego más fluido.
Por último, es muy probable que si jugamos a juegos deportivos lo hagamos con amigos o familiares. Así que necesitamos un monitor que ofrezca unos buenos ángulos de visión. Hoy en día los paneles han evolucionado tanto que apenas hay diferencias entre ellos.
Sin embargo, los paneles IPS destacan por ser más precisos con el color y por tener unos ángulos de visión de hasta 178º. Así pues, monitores como el LG 27GL850-B pueden ser una buena elección. Hablamos de una pantalla con panel NanoIPS, resolución QHD, 1 ms de tiempo de respuesta y tecnología Nvidia G-Sync.
Así que ya sabéis, según el tipo de juego al que juguéis deberíais buscar unas características u otras.