Probablemente te hayas preguntado en infinidad de ocasiones por qué Google sabe tan bien que te gustan los bolsos de una marca determinada. Que necesitas un accesorios para la habitación de tu bebé. O que acaba de aparecer una oferta del equipo de música que andas tanteando desde hace tiempo.
Bueno, en la mayoría de casos estamos seguros de que usas Google para hacer las búsquedas de los productos que te interesan. Y que mientras lo haces, además, tienes iniciada la sesión con tu cuenta de usuario. Es muy probable, por otra parte, que una vez realizadas las compras, hayas recibido en tu bandeja de correo electrónico de Gmail los recibos, facturas e incluso horas estimadas de entrega, proporcionadas por las empresas de reparto.
En este caso, puedes darte por rastreado. ¿Sabías que Google guarda una relación de todos tus pedidos en un apartado de sus servicios que casi nadie conoce? Se trata de una sección llamada Compras, en la que puedes ver (y Google también, claro) una relación de todas o casi todas tus compras. Google usa Gmail para informarse. Como lo lees.
Google guarda una relación de todas tus compras online
Si has comprado a través de internet en estos últimos años y además usas Gmail como correo electrónico para casi todas tus gestiones, puedes estar seguro de que Google guarda una lista de todos estos pedidos. Puedes verla desde la sección Compras, a la que acceder pinchando en el enlace o tecleando esta dirección en la barra de superior de tu navegador: https://myaccount.google.com/purchases
La lista no contiene todos los artículos que has comprado a través de internet, pero sí una buena colección de ellos. El problema es que esta información recopilada es difícil de eliminar. Y eso que en las últimas horas, el CEO de Google, Sundar Pichai, ha hecho declaraciones en el New York Times hablando sobre la importancia de no considerar la privacidad de los usuarios como un bien de lujo.
Sin embargo, parece que el cuento no se lo aplican. Sería razonable que si hemos realizado compras a través de Google, el gigante de las búsquedas guarde una relación de todas. Lo que ocurre aquí es que las compras no están hechas en ningún caso a través de Google, sino mediante otros servicios, como por ejemplo Amazon.
Rastrear la información a través de Gmail
El problema de todo esto se encuentra en realidad, en la manera en que Google rastrea esta información. Que es a través de Gmail. Y es que lo normal es que después de haber realizado alguna compra, recibamos el justificante de la misma a través de nuestro correo electrónico. Allí suelen enviarnos la confirmación de la compra, la factura e incluso nos proporcionan información concreta sobre el día y la hora en que nos entregarán el paquete en nuestro domicilio.
De este modo, no es extraño que Google sepa cómo somos, de qué manera nos gusta vestir, qué marcas nos seducen y hasta qué marca de café tomamos por la mañana, si somos de los que incluso hacemos nuestra compra cotidiana a través de internet. Es una buena manera, para el gigante, de proporcionar a los usuarios anuncios que se ajusten mucho más a sus necesidades y apetencias. Una manera más de tener bien atado nuestro perfil y de hacer, por tanto, más efectiva la publicidad de sus anunciantes.
Pero, ¿quiénes pagan el precio de todo esto? Evidentemente, nosotros, los usuarios. Lo peor de todo es que eliminar esta información no es nada sencillo. Para conseguirlo, hay que eliminar los recibos (todos, todos) de la bandeja de entrada de Gmail. El problema está en que si sueles guardarlos para obtener facturas o hacer devoluciones a posteriori, tendrás que conservarlos. Y por tanto, Google seguirá conservando la información sobre tus compras en este particular listado.