Airbus Perlan, el avión que llega al espacio sin motor

A finales de agosto el Airbus Perlan 2 batió el récord de altitud para un avión sin motor. Este planeador subió en la Patagonia argentina hasta 66.000 pies (unos 20.000 metros) sólo aprovechando corrientes de aire. Pensemos que un avión comercial moderno como el Airbus A380 tiene como “techo” unos 40.000 pies, es decir unos 13.000 metros. Y, recordemos, el Perlan no lleva ningún motor: asciende aprovechando las corrientes de aire y vientos…

Precisamente, aparte de batir récords, su objetivo es estudiar estos fenómenos que también ocurren a gran altitud en nuestra atmósfera. El anterior récord ya era suyo, logrado en septiembre de 2017 con 52.221 pies. Ahora han cruzado una frontera, la Línea Armstrong. A partir de ahí la presión es tan baja que, sin protección, la sangre de un humano herviría instantáneamente.

Un planeador presurizado

Ascender tan alto implica prácticamente abandonar la atmósfera a la que estamos acostumbrados. Es la capa inferior, llamada “troposfera” y que alcanza hasta unos 12.000 metros de altitud. A partir de ahí, empieza la segunda capa cuyo nombre te sonará maś: estratosfera. Esta se extiende desde esos 12 o 15.000 metros hasta bastante más arriba, unos 50 km, y contiene la famosa capa de ozono por ejemplo. El Proyecto Perlan de Airbus busca alcanzar una altura final de 90.000 pies (30.000 metros), es decir, a las puertas del espacio.

Pero ahí arriba se está muy incómodo, no sólo por los hasta 70 grados bajo cero. A partir de solamente 3.000 metros de altitud los humanos empezamos a necesitar aporte de oxígeno extra. A esa altitud ya hay un 25 por ciento menos de oxígeno. Y la presión atmosférica va disminuyendo, de forma que a partir de unos 4 a 5.000 metros, se hace necesario usar trajes presurizados. O, como en los aviones comerciales, un sistema de presurización completa de cabina. Es la solución adoptada en el velero Perlan, que alcanza altitudes en las que el aire es muy poco denso: entre un 2 y un 3 por ciento de como es a nivel del mar.

La cabina del Perlan está presurizada a un equivalente de unos 4.500 metros de altitud. El Airbus Perlan es un velero de unos 25 metros de envergadura con cabina para dos ocupantes. Su peso en vacío es de unos 700 kilos, porque necesita ser muy robusto. En la estratosfera las corrientes son violentas y los vientos superan los 200 km/h. En la cabina cuenta con instrumental específico para registrar y analizar la atmósfera a esa altitud. Y dispone de dos paracaídas de seguridad, uno de gran altitud y otro de baja, para un caso de emergencia.

¿Cómo se sostiene o sube?

Recordemos que el Airbus Perlan es un planeador: no tiene motor, inicia su vuelo siendo remolcado como cualquier otro velero. Cuando se suelta del avión remolcador, depende totalmente de las condiciones atmosféricas. ¿Cómo se aguanta un velero en el aire? Pues como sabemos quienes disfrutamos esta actividad, gracias a las corrientes ascendentes de aire. El Perlan 2 usa un remolcador algo especial, eso sí: un avión de reconocimiento a gran altitud adaptado. Lo puede “soltar” a más de 40.000 pies, el nivel de vuelo máximo de un avión comercial.

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La corriente más conocida es la “térmica”: el sol calienta el suelo y éste el aire cerca suyo. El aire caliente asciende… y eso es una térmica, una columna de aire ascendente. Cuando veas un grupo de buitres volando en círculos y subiendo, están precisamente aprovechando una térmica para ganar altura y llegar más lejos. Lo mismo hace un velero o un parapentista, volar girando para mantenerse dentro de la columna de aire ascendente.

Otra forma de ganar altura, sin motor, es por el efecto directo del viento sobre las montañas: la “ladera”. Cuando el aire incide sobre una montaña, sube por su cara de barlovento. Sobrevolar esa zona dará pues ascensión directa y subiremos con el viento de ladera, volando cerca de ella. A sotavento y cerca de la montaña, el aire seguirá su perfil y descenderá: no interesa volar ahí.

Las ondas de montaña

Pero el efecto de la montaña en el viento no se limita a su cercanía. En el choque se generan ondas, como olas del mar, que se transmiten a gran distancia, también en vertical. Es la tercera forma de volar a vela, subiendo en al aire “a onda”. Precisamente esta forma es la que puede liberar más energía y a mayor altitud. No hace mucho se descubrió que en las regiones polares las montañas y los fuertes vientos eran capaces de generar ondas hasta la estratosfera. Esas potentes ondas son las que aprovecha el Perlan para subir, y estudiarlas de paso.

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Así aprovecha el Perlan las ondas estratosféricas de montaña, creadas por vientos polares.

Y es que cómo interactúan esas corrientes de aire con los “ciclones polares” todavía no se sabe del todo. Esos ciclones son masas de aire que se mueven a gran velocidad cerca del polo en el invierno austral. Sí se conoce su efecto: corrientes ascendentes hasta la estatosfera, hasta más de 30.000 metros de altitud. Es lo que están aprovechando con la Airbus Perlan como hemos visto.

Desde Argentina en directo

Por eso la base de operaciones está en la Patagonia, en El Calafate (Argentina). Allí están en una zona civilizada y pueden salir a volar hacia la Antártida en busca de condiciones favorables. Los pilotos del Perlan buscan navegar ondas de montaña estratosféricas, que se forman solamente allí y en esta época. Desde los Andes argentinos salen a volar y puedes seguirlos en vivo en el cockpit virtual. Puede ser testigo de un nuevo récord, aparte de ver cómo vuelan…

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Cockpit virtual del Perlan, en directo

 

 

 

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