El Senado de Estados Unidos ha decidido mantener el veto a ZTE, una normativa que prohíbe a los fabricantes estadounidenses vender componentes a la marca china.
Este duro revés podría suponer el fin desastroso de la empresa, que necesitaba todo tipo de materiales de Estados Unidos. Sus teléfonos tope de gama, por ejemplo, usan procesadores Snapdragon de Qualcomm, una empresa con sede en San Diego.
En total, la compañía china utiliza alrededor de un 21% de componentes y elementos de software procedentes de Estados Unidos.
Estados Unidos no se conforma con una multa de 1000 millones
Estados Unidos había instaurado esta prohibición para castigar a ZTE, que no estaba respetando las sanciones sobre Irán y Corea del Norte.
En un principio, la compañía china se negó a aceptar las condiciones económicas argumentando que las multas de Estados Unidos eran excesivas e injustas.
Sin embargo, ante la difícil situación, ZTE aceptó pagar 1000 millones de dólares a cambio de seguir operando con normalidad. El veto impuesto por Estados Unidos le había costado ya la dimisión o despido de varios directivos y empleados.
Ahora, el Senado de Estados Unidos ha decidido mantener el veto a ZTE. La decisión final es difícil de prever, porque la cámara necesita el apoyo del presidente Donald Trump, quien hasta ahora se ha mostrado favorable a llegar a un acuerdo económico.
Alrededor del 21% de los componentes que utiliza ZTE son de origen estadounidense. El veto definitivo supondría un duro golpe para la compañía, o incluso su total desaparición.
Sin embargo, el Senado de EEUU parece tenerlo muy claro: acusan de espionaje a ZTE y no pueden seguir ofreciendo ayuda. En total, 85 senadores votaron a favor de mantener la prohibición, frente a 10 votos en contra.
Este giro se ha producido en un momento de incertidumbre, ya que varios proyectos de legislación están sobre la mesa en Estados Unidos para debilitar la posición de compañías chinas como ZTE o Huawei, a quienes han acusado de espionaje en el pasado.
