La IA y los videojuegos, el uso de robots inteligentes en la historia del videojuego

Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño. Es lo que dice la primera ley de la robótica de Asimov y, aunque es parte de la ciencia ficción, es una premisa básica para evitar problemas mayores en el uso de estas máquinas inteligentes. Pero ¿se cumple? ¿Pueden darse situaciones que pongan en tela de juicio la utilidad de estas máquinas? ¿Serán la mejor compañía para el futuro? Muchas mentes se lo han preguntado, y otras tantas incluso han llevado estos problemas morales y filosóficos a los videojuegos. Para poder comprobarlo casi de primera mano. Si supera la ficción a la realidad es algo que no te va a quedar nada claro después de leer este artículo.

La Inteligencia Artificial busca que los robots sean capaces de aprender automáticamente para ser más útiles. De esta manera, creaciones como la famosa Sophia, podrían ser útiles en un futuro como asistencia psicológica en hospitales, y no como meras interfaces para conseguir información a través de una forma humanoide en lugar de un mero ordenador. Claro que, atendiendo a su humor nos quedan serias dudas. Y es que no sabemos muy bien qué pensar cuando dice que acabaría con toda la humanidad (como comenta en el vídeo de aquí abajo) mientras muestra una amplia sonrisa en su rostro animatrónico. Algo que nos recuerda mucho a una gran villana en el mundo de los videojuegos: la genuina GLaDOS.

GLaDOS es un robot creado para el servicio humano. Concretamente se encarga de vigilar y guiar las pruebas en la empresa Aperture Science. Sin embargo, su personalidad y sus funciones acaban extralimitándose, con lo que termina usando a los humanos para satisfacer sus ansias por saber y experimentar (con ellos). Eso sí, al principio se muestra como un robot amable y servicial, pero no duda en plantear toda clase de pruebas con fatales conclusiones. No tiene apariencia humana como Sophia, pero su carácter, el uso de la ironía y el ingenio, y también su forma de hablar cumplen de sobra para crear uno de los personajes con Inteligencia Artificial más carismáticos de la historia de los videojuegos.

Pero, ¿y si la inteligencia artificial de estos robots les lleva a querer hacer algo más que ayudarnos? ¿Y si, siempre por el bien de la humanidad, creen que pueden gestionarnos y manejarnos mejor de lo que nosotros mismos lo hacemos? Suena a película de ficción tipo Alien o Blade Runner, pero es que en Tokio ya nos llevan años de ventaja al resto de los mortales. Por eso, este mismo año, uno de sus candidatos a la alcaldía ha sido un robot. Tal cual. Michihito Matsuda (así es como se hacía llamar) propuso escuchar los alegatos de los ciudadanos y analizarlos estadísticamente para ofrecer respuestas justas y poder valorar positiva o negativamente los hechos. Todo un alcalde imparcial, vaya. Al final no fue el candidato más votado, y eso que no metió la pata (robótica) como Sophia con comentarios sobre destruir la humanidad.

robot candidato a la alcaldía en Tokio

De momento no hemos podido más que mojarnos los labios con la demo del juego Detroit: Become Human, pero ya nos hace plantearnos toda clase de dilemas morales al respecto. ¿Puede un robot con una inteligencia artificial programada por humanos ser nuestro alcalde? ¿O nuestro cuidador? ¿O un policía? En el juego somos nosotros mismos quienes elegimos el destino de los androides. Esto resulta paradójico porque son nuestras inteligencias humanas quienes acaban decidiendo las opciones que, supuestamente, llevan a cabo la inteligencia artificial de estos robots. Pero lo interesante es todo el trasfondo de la historia y las acciones. Y por supuesto las consecuencias. Al final son nuestras conciencias las que cargan con lo sucedido, y con los dilemas morales de una historia que enfrenta directamente a humanos con robots. Un futuro no tan lejano teniendo en cuenta todos los avances conseguidos hoy en día.

Pero ¿qué pasa con los animales? Los avances en Inteligencia Artificial no solo se enfocan a programas que gestionen las peticiones humanas o que traten de imitarnos. También hay campos de investigación y desarrollo para imitar a otros seres. En la Universidad de Cornell, en Nueva York, han estudiado con cámaras y sensores los movimientos de los perros. Gracias a las pruebas y a una red neuronal, han logrado desarrollar patrones y predecir movimientos en canes. ¿Las aplicaciones prácticas? Sobre todo en la robótica. Es decir, puede que tu próxima mascota sea un perro robot que se comporte exactamente igual que tu querido Firulais. Y no nos olvidamos de BostonDynamics, la empresa de robótica que ya ha construido seres capaces de abrir puertas, andar por cualquier tipo de terreno e incluso correr a altas velocidades. Sus aplicaciones pueden ser realmente prácticas en el rescate o la asistencia de personas. Pero ¿y si fuesen una especie de perros policía?

En los videojuegos siempre hemos tenido acompañantes controlados por la Inteligencia Artificial del juego. Desde los sencillos Tamagotchis, hasta los carismáticos animales de la franquicia Los Sims. Ahora bien, enlazando con las creaciones de BostonDynamics, ¿qué les impediría contar con armas y atacar a los humanos en vez de rescatarlos? Vemos un ejemplo muy práctico en el spin-off de Metal Gear, el Metal Gear Rising. Aquí nos encontramos con Blade Wolf, un robot autónomo armado hasta los dientes capaz de saltar, atacar y hacérnoslo pasar realmente mal. Salta, corre y su motosierra no ayuda nada a tranquilizarnos. Lo peor de todo es que parece una evolución cyberpunk de lo creado por BostonDynamics. ¿A que ahora el futuro asusta un poco?

Robots que simulan ser humanos. Humanos que aprovechan sus componentes biónicos para ser más robots. Límites entre la ficción, la ciencia y los problemas morales que cada vez están más desdibujados. La cultura del entretenimiento se hace eco de los avances científicos. Y los científicos no dejan de basarse en la cultura para crear lo que aún no existe. El futuro de la Inteligencia Artificial y de los robots es incierto, pero no son pocas las voces que alertan de sus peligros, como la propia revelación de las máquinas. Aunque quizá hablar de un Terminator sea exagerar demasiado. Pero incluso científicos como el recientemente desaparecido Stephen Hawkins ya afirmaron que los robots “podrían llegar a tomar el control y se podrían rediseseñar a sí mismos”, superando en inteligencia y desbancando a la raza humana. Desde luego nosotros nos quedamos con los robots villanos o compañeros de los videojuegos. Mucho más seguros y divertidos, dónde va a parar.

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