Dos presuntos yihadistas atentaron contra catorce personas en diciembre de 2015 en San Bernardino, California. Un ataque en el que los supuestos terroristas contaban con un iPhone que terminó en las manos del FBI tras abatirlos. Ahora se ha sabido lo que gastaron para hackear el teléfono móvil de Apple.
El FBI buscó desbloquear el iPhone para acceder a los datos del mismo, algo que podría darles pistas sobre el atentado. Una de las grandes problemáticas de hacer esto es que si no se hacía siguiendo las precauciones necesarias, se podría perder todos los datos del teléfono por acumulación de intentos de identificación fallidos.
Ahí fue cuando intentaron que Apple desbloquease el iPhone, aludiendo a cuestiones de seguridad nacional. Pero los de Cupertino dijeron no, que solo se podría desbloquear conociendo la contraseña. De hecho, ellos aseguran no poder acceder a un teléfono de su marca sin la identificación correcta. Entonces el FBI tuvo que ejecutar un plan B ante la negativa de Apple, que siempre ha insistido en la férrea seguridad personal de sus terminales.
Desde el FBI decidieron recurrir a una empresa israelí que sí desbloqueaba estos dispositivos, y se rumoreaba el precio que habían tenido que pagar por hacerlo. Ha sido Dianne Feinstein, senadora demócrata, quien ha hecho público que el Gobierno ha pagado 900.000 dólares americanos para romper la seguridad del iPhone.
«Me quedé atónita cuando, tras el atentado de San Bernardino, comenzaron las peticiones para desbloquear el dispositivo. Ahora me entero de que el FBI ha tenido que gastar 900.000 dólares en hackearlo. Creo que había un puñado de buenas razones para acceder a ese dispositivo», explicó Feinstein.
Esta cifra se acerca a los rumores que se habían filtrado, que apuntaban al millón trescientos mil dólares para desbloquear el teléfono. Dejando claro que el FBI protegería en todo momento la identidad de la empresa capaz de realizar el desbloqueo.
De hecho, el debate surgió sobre si en estos casos Apple debería facilitar los datos al FBI ya que hay una investigación en curso, y con la duda si se trataba de un caso de terrorismo.
