Un sistema que podrí­a ayudar a los pacientes con tumores cerebrales

Es una especie de casquete, diseñado para ajustarse perfectamente al cráneo. ¿Y para qué sirve? Pues para aumentar, según los cientí­ficos, la supervivencia de los pacientes con tumores cerebrales. Después de cinco años de ensayos, el equipo que ha diseñado este sistema se da por satisfecho: con ello han conseguido aumentar la tasa de supervivencia de los pacientes con este tipo de cáncer.

Los resultados del ensayo se presentaron en la reunión anual de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer. Se celebró el pasado domingo en Washington DC. Las conclusiones fueron claras. El uso de estos casquetes combinado con un tratamiento de quimioterapia estándar ha duplicado las tasas de supervivencia de los pacientes.

Las pruebas se hicieron con 695 pacientes que habí­an sido diagnosticados recientemente de un cáncer cerebral muy agresivo. Se trata del glioblastoma multiforme. Las tasas de supervivencia se habrí­an aumentado de un 5 a un 13 por ciento. Y esto ofrece una muy buena perspectiva para los futuros pacientes de esta tipologí­a de cáncer.

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Cómo funciona el sistema para aumentar la supervivencia de los pacientes con tumores cerebrales

El casquete en cuestión se llama Optune y funciona a través de diferentes campos eléctricos alternados a una frecuencia intermedia de 200 kHz. Están programados para actuar en cerebros de pacientes con cáncer.

El sistema trabaja de la siguiente manera: los campos eléctricos se ponen a trabajar durante la división celular. Y es que las células que más se dividen en los pacientes que tienen cáncer son las cancerosas. El tratamiento no es precisamente favorable para la división celular, pero no hay que perder de vista que hay atacar la divisón de células tumorales para frenar su desarrollo.

Los pacientes que han participado en esta prueba experimental han tenido que llevar el casquete durante al menos 18 horas diarias. Esto no ha evitado que también tengan que seguir la quimioterapia estándar, bautizada con la denominación de temozolomida.

En cualquier caso, el Optune no es un sistema incómodo. Está compuesto por una serie de lí­neas de electrodos. Estos van directamente conectados a un generador pequeño, que se puede llevar guardado en una bolsa.

Para disimularlo, los pacientes pueden llevar una gorra, sombrero o pañuelo. Y aunque no es un sistema molesto, puede generar un ligero calentamiento. Esto no impedirá de ningún modo que puedan seguir con su vida normal, ir por la calle y hacer sus respectivos trabajos. Sobre todo si se encuentran bien y quieren seguir con sus rutinas.

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¿Por qué son tan importantes estos resultados?

La tasa de supervivencia conseguida ha aumentado, gracias a este sistema, de un 5 a un 13 por ciento en lo global. Pero, ¿por qué es tan importante esta cifra, por pequeña que parezca?

Los investigadores lo tienen muy claro y están emocionados. La razón tiene que ver con la agresividad del glioblastoma. Se trata de la neoplasia maligna primaria más mortí­fera, que afecta al sistema nervioso central, en adultos.

Por si esto fuera poco, los últimos avances para mejorar la supervivencia de los pacientes de este tipo de tumores se dieron hace más de 10 años. De ahí­ que cualquier avance sea vital.

El estudio clí­nico se desarrolló desde julio de 2008 a noviembre de 2014. Un total de 466 pacientes usaron el casquete Optune junto con el tratamiento de quimioterapia (temozolomida), mientras que 229 solo fueron tratados con lo segundo.

La media de supervivencia aumentó de 16 a 21 meses para los pacientes que añadieron Optune a la quimioterapia. Las tasas de superviviencia para los dos primeros años pasaron de un 31 a un 43 por ciento. A los tres años habí­a aumentado de un 16 a un 26 por ciento.

Cuatro años después, los que llevaban el casquete tuvieron una tasa del 20 por ciento, frente al 8 por ciento de los que solo hací­an quimio. Por último, y tras cinco años, las tasas de superviviencia aumentaron del 5 al 13%.

Los resultados son efectivamente buenos, pero todaví­a hay mucho trabajo por hacer. De momento, parece que este tipo de tratamientos con campos eléctricos ya se están probando en pacientes con cáncer de páncreas avanzado.

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