fracaso

La historia tecnológica moderna se suele contar a través de sus éxitos. La aparición del iPhone, de YouTube, Spotify, Netflix o Amazon son algunos de los pilares imprescindibles si queremos entender la realidad de la tecnologí­a de consumo en los últimos 10 años.

Sin embargo, también existen otros casos en los que el esfuerzo de innovación no ha tenido la respuesta esperada por parte del público, lo que los convierte en sonoros fracasos tecnológicos. Llegar demasiado pronto a la fiesta, llegar demasiado tarde, o simplemente equivocarse de fiesta son algunas de las explicaciones para estos cinco ejemplos que os traemos:

google plus logo

Google +

Google + (o Plus) nació en 2011 con la intención de plantar cara a Facebook, la sensación del momento con su red social. En tres semanas tení­a ya 20 millones de usuarios y Matt Zuckerberg dejaba entrever cierta preocupación. Pero poco le duró al CEO de Facebook el insomnio: pese a que el ritmo de usuarios de Google + fue creciendo de manera constante, llegando a 540 millones en 2016, apenas la mitad de las personas que lo tienen, la usan. El truco consiste en que, al hacernos una cuenta de Gmail, necesaria para correo o para YouTube, ya nos hacemos una cuenta de Google +. De este modo, el número de usuarios crece y crece, pero su actividad interna se estanca, pareciendo más una ciudad fantasma que una red social.

Google siempre ha sabido cuando retirarse a tiempo, como hizo con Google News, pero nos queda la duda de por qué mantiene viva esta red que tiene de todo menos de social.

nokia lumia windows

Nokia y su apuesta por Windows Phone

Cuando Nokia, que habí­a sido la reina de los teléfonos móviles tradicionales en los primeros 2000, se tuvo que enfrentar a la amenaza de la generación smartphone, se dio cuenta que tení­a que ofrecer algún elemento diferenciador, algo que hiciera a Nokia distinta de los teléfonos del momento, los Galaxy de Samsung y los iPhone de Apple. Por eso, en 21011 pensaron (ay, a veces se piensa demasiado) en asociarse con Microsoft para ofrecer, en un esfuerzo conjunto, la gama Nokia Lumia, que vendrí­a con el nuevo sistema operativo móvil de Microsoft, Windows Phone. El sistema, con su estética vanguardista de cubos, rompí­a completamente con los sistemas Android e iOS, adaptando el estilo de Windows 8, el sistema operativo parejo que se ofrecí­a en PC.

Aunque tuvo algunos incondicionales, la gama Lumia fue un fracaso, y en gran medida fue debido a ese sistema operativo. Nokia gastó su último cartucho y apuntó mal, y en 2014 la gama fue comprada por Microsoft, pasándose a llamar Microsoft Lumia. Tras dos años de pérdidas, Microsoft se deshizo de Nokia y Lumia para vendérsela a FIH Mobile, quien ahora pretende recuperar el legado de la histórica marca finlandesa. Eso sí­, con Android.

LG G5

LG y los módulos

2016 fue un año importante para los smartphone con Android. Daba la impresión que las distancias con la todopoderosa Apple se recortaban al salir al mercado teléfonos de enorme potencia como el Samsung Galaxy S7 o el Huawei P9. La compañí­a coreana LG habí­a ofrecido interesantes propuestas de calidad en años anteriores con sus LG G2, G3 y G4, y ahora era el momento de subir al podio de los multiventas con el próximo LG G5. Y por ello, puso toda la carne en el asador: 5,3 pulgadas de pantalla con resolución Quad HD, 4 GB de RAM, una cámara doble… y un sistema modular único hasta ahora.

En el LG G5, la baterí­a se extraí­a por debajo del teléfono, y permití­a «tunear» las caracterí­sticas del teléfono mediante lo que llamaban los LG Friends, distintos dispositivos que serví­an para mejorar la calidad de la cámara, el audio o la duración de la baterí­a. Sin embargo, el público no andaba buscando un teléfono desmontable, sino todo lo contrario, la nueva moda eran los teléfonos resistentes al agua, lo que exigí­a una carcasa completamente cerrada. Entre ese aspecto y que los LG Friends al final fueron pocos y bastante caros, el terminal no cuajó. Tras un año de resultados pésimos de ventas, LG tomó nota y preparó un nuevo teléfono unibody y resistente al agua, el LG G6, un teléfono que promete poner a LG en el sitio que el LG G5 no consiguió.

Windows Vista

Windows Vista (Y un poco Windows 8)

La historia reciente de Windows parece seguir un extraño patrón en el que se intercalan grandes éxitos con rotundos fracasos. Mientras Windows  XP (2001) trajo la modernidad a Microsoft y contentó a casi todos los usuarios, su sucesor, Windows Vista (2007), consiguió también unificar la opinión del público, pero en este caso para mal.  Un sistema muy pesado, lento, con constantes ‘cuelgues’ que exigí­an actualizaciones interminables y con problemas de compatibilidad con programas eran algunas de las caracterí­sticas principales de Windows Vista.

El descontento fue tal, que algunos ordenadores ya ofrecí­an un kit para desinstalar Vista y volver a XP. Todo ello forzó la llegada de Windows 7 de manera anticipada, en 2009. Éste nuevo sistema fue un enorme éxito, y tuvo que volverse a encontrar con un muro de antipatí­a con la salida de Windows 8 (2012), un sistema que parecí­a la versión de escritorio de Windows Phone. Windows 8, sin caer en el desastre de Vista, no ofrecí­a una interfaz intuitiva y sufrió el mismo éxito que su hermano gemelo en versión móvil. Fue sustituido también de manera precipitada en 2015 por Windows 10 (el 9 se quedó en el tintero), y una vez más, se volví­a a la estabilidad y a un sistema apreciado por los usuarios. Según el patrón, toca que el próximo sistema salga rana.

tuenti for android

La compra de Tuenti por Telefónica

Tuenti, la red social española, se creó casi a la vez que Facebook, sólo dos años después (2006), y en los años en que Facebook todaví­a no tení­a versión española, tuvo un tremendo auge. A principios de 2010, Tuenti contaba con más de 250 empleados y más de 15 millones de usuarios. En ese momento, parecí­a como la mejor inversión posible, y fue entonces cuando Telefónica la compró. Inflada con esperanzas y buenas perspectivas de futuro, Telefónica reconvirtió Tuenti en una red social para móvil  (Tuenti Social Messenger), además de una operadora móvil virtual, filial de Movistar.

A partir de entonces, la red social comenzó a vivir un veloz declive, viendo como sus usuarios volaban a otras redes como Facebook, Twitter o Instagram. La agoní­a de Tuenti se prolongó hasta 2016, cuando un 98% del negocio de la empresa provení­a exclusivamente de la operadora móvil. Entonces se decidió terminar con los pocos elementos de red social que quedaban en el proyecto, para centrarse en el negocio de la telefoní­a, en la que se mantiene actualmente, con resultados moderados, tanto en España como algunos paí­ses de latinoamérica.

El éxito como quimera

Estos cinco ejemplos son algunos de los más reconocibles de los últimos 10 años, y nos muestran que la realidad empresarial de la industria tecnológica es cambiante, volátil, y depende en gran medida de la intuición. Saber cuándo hay que apostar por la ruptura y cuándo hay que apostar por la continuidad es un extraño arte, ya que puede suponernos la ruina por una razón o la otra.

Subirse al barco cuando está lleno y saltar antes de que se hunda es el gran secreto del éxito empresarial en cualquier campo, y la tecnologí­a no sólo no se salva, sino que amplifica esa máxima. Con una competencia voraz, las mejoras tecnológicas generan una escalada en la que seis meses pueden ser suficientes para que algo pase de novedoso a completamente obsoleto.

Los caminos del usuario son inescrutables y por ello sin duda seguiremos acumulando ejemplos tanto de éxitos como de fracasos con el paso de los años. Ya estamos tomando notas para próximas recopilaciones.

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