La empresa Uber, una de las más importantes en el transporte de viajeros con su modelo de «taxis privados», podría alcanzar pérdidas de 3.000 millones de dólares (casi 2.900 millones de euros) a finales de este año 2016. La cifra supera la alcanzada en 2015, cuando la compañía tuvo pérdidas equivalentes a unos 2.100 millones de euros. Se espera que a lo largo de 2017 y 2018 empiece a llegar la deseada rentabilidad de las inversiones que está realizando la compañía.
¿Por qué Uber acabará el año con más pérdidas?
Hay un amplio conjunto de factores que podrían explicar por qué Uber podría acabar 2016 con más pérdidas que en 2015. Y es que la empresa tiene grandes problemas de rentabilidad: aunque sus cifras de ingresos rondarían los 5.300 millones de euros, los gastos de la compañía serían bastante más elevados: los expertos calculan que Uber gasta aproximadamente 1,55 dólares por cada dólar que ingresa.
Entre las inversiones en vehículos autónomos y la expansión a otras ramas de negocio (como el reparto de comida a domicilio), los costes están siendo muy altos para Uber. A esto hay que añadir los pagos a los conductores y al resto de empleados.
Por otra parte, el problema de la competencia sigue siendo bastante grande, ya que en muchas ciudades grandes están surgiendo otras empresas que ofrecen los mismos servicios u otros parecidos. En algunas ciudades de España, por ejemplo, los coches de Cabify ofrecen un servicio premium que tiene muy buena acogida entre los usuarios.
Por último, no hay que olvidar que Uber se ha visto envuelta en un gran número de problemas y procesos legales y ha tenido que invertir grandes cantidades en investigar y adaptar sus servicios a las normativas de cada país para que sus conductores pudieran ejercer su trabajo en la legalidad.
¿Llegará la rentabilidad esperada?
Lógicamente, gran parte de las inversiones de Uber responden a una intención de ampliar su negocio y ofrecer un servicio más valioso. Disponer de coches autónomos podría permitir a la compañía reducir numerosos gastos de los pagos a los conductores, mientras que la creación de su propio sistema de mapas y navegación supondría romper definitivamente con otros servicios para no tener que depender de la tecnología de otros proveedores.
Al mismo tiempo, el desarrollo de UberEats colocaría a Uber en una posición muy importante, ya que el sector del reparto de comida a domicilio es cada vez más potente. En España, por ejemplo, pasaría a ser competidor directo de Deliveroo y Just Eat, entre otras empresas.
En cualquier caso, aún habrá que esperar como mínimo un año más (hasta finales de 2017) para comprobar hasta qué punto las inversiones de Uber están siendo las acertadas. ¿Tendrá UberEats la acogida esperada a nivel mundial? ¿Aumentarán los servicios de chófer contratados en las distintas ciudades?