Uber se enfrenta a un nuevo problema. Actualmente sus ingenieros están trabajando para arreglar un pequeño error que podría tener consecuencias mortales para los ciclistas en sus coches autónomos. El problema que se ha detectado tanto en las pruebas de San Francisco como en Pennsylvania es que estos vehículos estarían haciendo giros que pondrían en riesgo a aquellos que van en bici.
Desde la propia Uber han reconocido que el problema es que sus coches autónomos están invadiendo el carril bici, lo que significa es que están poniendo el riesgo mortal a los que por ley pueden circular por esta parte de la carretera y además se trata de un carril exclusivamente reservado para ellos.
Todo empezó la semana pasada, cuando Uber empezó a probar sus coches autónomos en San Francisco. La primera polémica, las autoridades de transporte de California aseguran que la empresa no tiene los permisos que hacen falta para mantener los coches sin piloto en las carreteras, pero Uber asegura que como hay un conductor que puede coger el volante en caso de necesidad, no les hace falta autorización.
El primer día que empezaron con sus test, y teniendo en cuenta que todos estos vehículos tienen un piloto que puede tomar el control en cualquier momento, fueron pillados cometiendo varias infracciones que a cualquiera de nosotros podría suponer desde una multa a un accidente con consecuencias mortales. De hecho, se ha publicado una grabación en la que se ve a un coche de Uber pasando un semáforo en rojo, aunque la empresa asegura que éste vehículo no formaba parte del programa autónomo en ese momento añadiendo que el piloto había recibido una multa.
La gran preocupación, y de hecho han intentado frenar estos tests, ha sido el comportamiento de los coches en lugares como San Francisco. En este lugar hay unos 82.000 trayectos que se hacen en bicicleta cada día, una cifra nada desdeñable, además de tener muchos kilómetros de carril bici.
De hecho, ha sido una de las asociaciones de ciclistas la que lanzó una advertencia sobre lo que estaba sucediendo con Uber después de que varios de sus miembros tuviesen experiencias poco agradables con los coches de Uber. Fue uno de sus directores ejecutivos el que probaría el coche dos días antes de su lanzamiento, viendo como en dos ocasiones hacía una especie de cruce en un carril bici que podría tener fatales consecuencias si en ese momento hubiese cerca un ciclista.
El problema está en la forma en la que el coche ha cruzado el carril bici, pasando por encima de él en el último minuto lo que supone ser una amenaza cirecta para los ciclistas. Además, esta maniobra no es legal en los Estados Unidos, según el código de circulación un coche que va a girar a la derecha debe incorporarse al carril bici antes de hacer el giro para evitar un accidente con un ciclista que esté delante. Al advertir a Uber, les han explicado además que éste es una de las «mayores causas de colisiones».
La solución de Uber ha sido avisar a los pilotos que van en los coches de que tienen que coger el control justo antes de llegar a un giro cerca de un carril bici.
Aunque esta no ha sido la única queja que ha llegado sobre las pruebas que está haciendo Uber en la ciudad de San Francisco. Se han visto coches saltándose la luz en rojo de los semáforos, haciendo caso omiso a las señales de stop, haciendo giros bastante peligrosos y además no dejando cruzar a los peatones. Algo que pone de manifiesto que los pilotos que están en los coches no están haciendo bien su trabajo.
Solucionar el problema con el carril bici se presenta como un reto muy importante para la tecnología de los coches autónomos. Como explica Jeffrey Tumlin, el director del departamento de transportes de Oakland, un ciclista es ágil y puede circular a gran velocidad, con lo que será más difícil predecir su comportamiento. Las respuestas de un peatón son más simples que las de los ciclistas.