Las pequeñas y remotas islas del mundo se están destapando como los mejores campos de ensayo para las energías renovables. Si hace unos meses la isla canaria de El Hierro consiguió el hito de autoabastecerse con energía exclusivamente eólica durante dos días hoy, otra remota isla del mundo está en proceso de convertirse en la primera isla autosuficiente del mundo.
Gracias al proyecto SolarCity desarrollado por Tesla, la empresa propiedad de Elon Musk, la recóndita y escarpada isla de Tau en la Samoa Americana, puede autoabastecerse única y exclusivamente en base a energía solar. Con capacidad para seguir funcionando incluso si durante tres días no hay rastro del sol en el cielo.
Este tipo de islas se están revelando como los espacios ideales para llevar a cabo este tipo de proyectos. La dependencia energética de los combustibles fósiles unidos a su aislamiento, hacen que este tipo de energías sean muy caras. Por lo que sus gobiernos suelen estar abiertos a nuevas iniciativas que salvaguarden la economía local.
Este es el caso de Tau, un dependencia estadounidense que se encuentra a más de cien kilómetros de la isla principal del país. Hasta ahora, la forma de producir electricidad en la isla era a través de unos generadores diesel que consumían de media unos 300 galones de combustible al día (más de 1.100 litros de petróleo). A lo largo de un año, casi medio millón de litros eran consumidos por esta pequeña comunidad de apenas 900 habitantes que tradicionalmente ha vivido de la pesca y de la agricultura y que carece casi por completo de vehículo e infraestructuras. Y sin contar con la huella ambiental de desplazar esa ingente cantidad de barriles hasta isla.
Un campo de pruebas excepcional donde SolarCity ha llevado su primera prueba a gran escala, donde ha instalado 5.328 paneles solares con capacidad de generar un capacidad de almacenamiento de hasta 6 mega watios a la hora. Sesenta Tesla PowerPacks guardan y distribuyen la energía por la isla. Con la energía almacenada en estos barracones, la isla de Tau tiene la capacidad para estar abastecida de forma ininterrumpida durante tres días. Eso aunque durante ese tiempo el cielo esté completamente nublado y los paneles solares no reciban nada de energía. Además, según la información arrojada por la empresa, las baterías se recargan al cien por cien con tan solo siete horas de pleno sol.
Una energía que no tiene carácter industrial. Ya que todo lo que se genera va directamente a los hogares de la isla, por lo que sus habitantes pueden aprovecharse este avance de primera mano, sin ningún otro intermediario de por medio.
Se desconoce hasta el momento el coste que tiene una instalación de estas características. Lo que es cierto es que Elon Musk explicó en el programa de La Sexta Enviado Especial que su proyecto energético podría dar viabilidad a una humanidad libre de energías fósiles con solo 111 de estas plantas fabricadas a gran escala. Sin los peligros de la energía nuclear ni la contaminación de las energías fósiles.