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Cuando hablamos de tecnologí­a solemos pensar en circuitos complicados, gadgets maravillosos o innovaciones que quieren tocar el sol. Pero, a veces, la tecnologí­a también se puede aplicar a algo tan sencillo pero importante como los paquetes. De hecho, todos los productos que llegan a nuestras manos vienen necesariamente embalados en cajas de cartón y con decenas de trozos de plástico que luego debemos reciclar debidamente para reducir al máximos su impacto medioambiental. La suma de un alto consumo de madera para los embalajes de cartón y, sobre todo, el problema que embalajes no biodegradables a base de plásticos tienen un impacto muy negativo sobre la sostenibilidad del planeta.

Una de las empresas que más invierte en I+D+i es la multinacional sueca Ikea. De hecho, es una de las empresas que más gasta al año en embalajes. Y su siempre responsable espí­ritu escandinavo les hace querer investigar acerca de algunos tipos de embalajes alternativos que acaben por prescindir del plástico. Un producto que puede tardar incluso más de cien años en desaparece por completo de nuestro mares y océanos.

«Ikea quiere tener un impacto positivo en la gente y el planeta, lo que incluye liderar el reciclaje de basura en recursos, desarrollando materiales reciclados a partir de residuos y que a su vez sean sencillos de volver a reciclar» afirma Joanna Yarrow, jefa de proyectos para sostenibilidad de Ikea en el Reino Unido.

Y uno de los titulares que más llama la atención es el interés que ha puesto en la empresa estadounidense Ecovative, una compañí­a que ha desarrollado los primeros embalajes fabricados a base de champiñones y demás hongos debidamente tratados. Nutriéndose para estas cajas de los residuos provenientes de la agricultura. No serí­a la primera experiencia en la que una gran empresa apuesta por este tipo de empaquetaciones, ya que la americana Dell utiliza este tipo de cajas para algunos de sus embalajes más grandes.

Este tipo de embalajes tiene como objetivo final sustituir un producto tan popular a la hora de empaquetar como el poliestireno. Un producto no degradable y altamente contaminante. Ya que se trata de un material que a pesar de descomponer en pedazos muy pequeños, nos se biodegrada, por lo que contamina de una forma más nociva al ser mucho más difí­cil de limpiar,

Cómo funciona

  1. Se recogen y se limpian los residuos de la agricultura normal. Como por ejemplo las cáscaras del maí­z.
  2. Se añaden las esporas del champiñón u hongo en cuestión y se deja en reposo durante unos dí­as.
  3. El hongo empieza a crecer y empieza a digerir lentamente los residuos agrí­colas.
  4. La mezcla de hongos y residuos agrí­colas empieza a romperse en partí­culas sueltas.
  5. Estas partí­culas se recogen y se ponen en un molde con la forma deseada durante un par de dí­as. El champiñón u hongo en cuestión crece, toma forma y se solidifica.
  6. Ua vez se ha solidificado, se saca y se separa del molde. Se procede a su secado para detener su crecimiento y prevenir la producción de setas o esporas.

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