Gracias a la tecnología de impresión en 3D, se ha podido crear un chip ultrafino que se comporta como un corazón humano, y que permitirá realizar experimentos científicos sin necesidad de utilizar tejido cardiaco real. El invento es fruto del trabajo de investigadores de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
Aunque los científicos ya llevan bastante tiempo trabajando con órganos artificiales para los experimentos, la importancia de este avance radica en el precio: al utilizar impresión en 3D, los costes de producción se reducen considerablemente.
Órganos con forma de chip e impresos en 3D
Un grupo de científicos de la Universidad de Harvard ha logrado un gran avance en el campo de la impresión de sistemas microfisiológicos, un término que se aplica a los órganos impresos en 3D sobre chips ultrafinos.
Este campo de investigación, que requiere la combinación de conocimientos avanzados de medicina e ingeniería, tiene como objetivo la creación de órganos artificiales que funcionan como los humanos y que además son muy ligeros y de pequeño tamaño (tan finos como chips o láminas). Gracias a estos inventos, se pueden realizar experimentos científicos sin necesidad de recurrir a tejido humano real, y es posible conocer datos sobre el funcionamiento de los órganos de las personas.
En el caso del corazón sobre chip creado por la Universidad de Harvard, el órgano artificial es capaz de replicar las funciones cardiacas. Sobre este chip, por tanto, se podrían aplicar ciertas sustancias como medicamentos (para probar sus efectos y su eficacia), así como realizar todo tipo de experimentos científicos sin poner en peligro la vida de ningún voluntario ni paciente.
El detalle especialmente llamativo es que el diseño 3D se puede hacer a partir de un modelo real de corazón, copiando ciertas características de estructura o funciones (como, por ejemplo, una patología cardiaca).
El material utilizado en la impresión es una fibra de polímero flexible que facilita la recreación de los ambientes biológicos de órganos vivos reales. Además, el chip final es la combinación de seis tintas 3D distintas capaces de integrar sensores en un proceso unificado, hasta dar lugar al producto definitivo, capaz de medir las pulsaciones del corazón.
Sensores capaces de «latir» como un corazón
En el vídeo publicado por la Universidad de Harvard se aprecia cómo estos chips-corazón impresos en 3D recrean las funciones del órgano humano casi a la perfección, con un latido que se puede registrar con los métodos habituales de análisis.
Los creadores de este sistema esperan poder utilizar los chips impresos en 3D para ahorrar en los gastos asociados a la creación de órganos artificiales, lo que permitirá avanzar más rápidamente en los experimentos y sin necesidad de hacer pruebas con animales.
Hasta ahora, solo se ha logrado crear estructuras de este tipo que puedan recrear las funciones del corazón, la lengua, los pulmones y los intestinos. El requisito imprescindible para crear nuevos órganos con este sistema es avanzar en los materiales utilizados en la impresión 3D: se podrían incorporar más tintas y nuevos materiales para lograr sensores que se activen de manera coordinada.