Para usar las lentes o máscaras de Snapchat lo primero es entrar en la aplicación. Con la cámara para selfies ya activa, pulsamos sobre nuestro rostro y mantenemos el dedo hasta que veamos aparecer la retí­cula. Esto significa que la aplicación ha detectado nuestros rasgos.

Con ello, las lentes disponibles aparecen en la parte inferior de la pantalla a modo de carrusel. De esta forma, sólo queda movernos por ellas y elegir la que queramos utilizar. Todas se aplican en tiempo real, es decir, mientras encuadramos nuestro rostro en la pantalla, antes de tomar la foto o grabar el ví­deo.

Eso sí­, conviene pasarse de vez en cuando por esta colección, ya que Snapchat renueva las lentes disponibles, haciendo aparecer algunas nuevas y desaparecer otras eventualmente.

También es recomendable usar esta función sin gafas, ya que no todas las máscaras se acoplan correctamente, y siempre con una buena iluminación sobre el rostro.

Existen lentes de diferentes tipos. Unas sólo deforman nuestro rostro, mientras que otras aplican toda clase de complementos, permitiendo vestirlos virtualmente aunque nos movamos dentro del encuadre. Incluso hay máscaras que se animan al realizar ciertos movimientos como abrir la boca o levantar las cejas. Y otras añaden música al momento.

No nos olvidamos de la famosa función de cambio de rostro o face swap, con la que intercambiar la cara con otra persona”¦. O cosa, como se puede ver en el ví­deo. Claro que resulta algo difí­cil conseguir un buen encuadre y que Snapchat reconozca los dos rostros a la vez.

Pero lo realmente divertido de las lentes de esta aplicación es poder capturarlas en foto o en ví­deo. Para ello sólo hay que escoger la deseada y pulsar sobre el botón de captura. Una pulsación sencilla toma una fotografí­a, así­. Tras ello podemos llevar a cabo las acciones habituales de Snapchat, como escoger el tiempo que se podrá ver la imagen antes de que se autodestruya, pintar sobre la misma con colores, colocar emoticonos Emoji o aplicar filtros. Después sólo queda compartirla con un usuario o añadirla a nuestra historia.

Y lo mismo sucede con los ví­deos. La única diferencia es que, para grabarlos, es necesario permanecer pulsando el botón de captura. Después se puede editar igual que las fotos, con colores, filtros y demás. En este caso hemos decidido añadirlo a nuestra historia, lo que permitirá ver el ví­deo a nuestros seguidores durante 24 horas, de forma pública, las veces que deseen.

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