Te baila el Michael Jackson y, además, pretende robarle el sitio a tu móvil. Tomotaka Takahashi, creador del primer robot astronauta, de cuyo regreso a la Tierra acaba de cumplirse un año, ha presentado en Madrid Robohon, un pequeño robot humanoide que baila, habla, y funciona como un smartphone. Este nuevo portento de la tecnología, que se ha llevado a cabo en colaboración con Sharp, podría comenzar a comercializarse en Japón en solo dos meses, aunque también podría llegar a Europa y Estados Unidos a finales de este mismo año.
Con unas medidas de 19,5 centímetros y tan sólo 390 gramos de peso, Robohon camina, se mueve al compás de distintos ritmos como un bailarín y habla amistosamente con su dueño. Para lograrlo, el androide está dotado de una tecnología de reconocimiento facial y de voz para hacer más humanas sus conversaciones. Pero aquí no queda la cosa, la nueva creación de Takahashi trabaja como un teléfono móvil y permite hacer llamadas como cualquier otro terminal. Además, integra características como cámara de fotos, proyector de imágenes o acelerómetro, entre otras prestaciones.
Para poder acceder a sus principales funciones, Robohon equipa una pequeña pantalla táctil de dos pulgadas, por la que también se podrá navegar por Internet gracias a la conectividad 4G o WiFi. Los usuarios podrán compartir datos o sincronizarse con otros dispositivos a través de Bluetooth. Pero, lo que más llama la atención del androide, lejos de la posibilidad de poder ser utilizado como un smartphone tradicional, es su sensación de humanidad. Takahashi ha querido hacer hincapié en esto, comparándolo con las respuestas orales que dan otros teléfonos móviles convencionales, cuyo aspecto físico está muy lejos de asemejarse al de un ser humano.
Robohon es un claro ejemplo de lo que nos depara el futuro. Dentro de unos años los humanoides tendrán un hueco muy importante en nuestro día a día. Para Takahashi el hecho de que las ciudades estén creciendo a una velocidad de vértigo provocará mayor sensación de soledad, lo que se traducirá en la necesidad imperiosa de recurrir a uno de estos androides. Ya vimos recientemente otro robot similar llamado Pepper, programado para interpretar emociones y almacenar recuerdos durante unos veinte años.
En sus más de quince años de trayectoria profesional en la robótica, Tomotaka Takahashi ha desarrollado más de cuarenta tipos de robots, la gran mayoría humanoides. El más importante de todos, por lo menos el que ha tenido mayor repercusión, es el popular astronauta robotizado Kirobo, lanzado en 2013 a la Estación Espacial Internacional, para una estancia de año y medio. El robot, diseñado para comunicarse con humanos y hacer compañía a los tripulantes de la EEI, volvió a la superficie terrestre en febrero de este mismo año a bordo del carguero CRS-5 Dragon, propiedad de la empresa SpaceX. Sus primera palabras fueron: «Desde arriba la Tierra brilla como un LED azul».