Un año más, el concurso James Dyson Award ha reunido a los mejores inventos de estudiantes de ingeniería a lo largo de todo el mundo. Inventos que ayudan a mejorar aspectos de la vida cotidiana o de los procesos de producción y que ensayan formas novedosas para enfrentarse a un problema. Este año, el ganador ha sido el proyecto Voltera V-One, una impresora 3D capaz de generar prototipos de placas de circuitos internos en apenas unos minutos. Junto a ella han quedado finalistas Express Dive, un equipo de buceo compacto, y Green Fairy, un sistema para evitar la expansión de algas en ríos y lagos que puedan acabar con la vida marina. Te contamos todos los detalles sobre estos proyectos.
El James Dyson Award es uno de los concursos de ingeniería más prestigiosos del mundo. Un evento que está dirigido a los jóvenes estudiantes y emprendedores a los que se presenta un reto: idear un prototipo que sea capaz de solucionar un problema actual del mercado o de la vida cotidiana de la gente. El ganador este año ha sido el proyecto Voltera V-One. Se trata de una impresora 3D con un diseño muy compacto. Su objetivo principal es el de crear prototipos de placas de circuitos en apenas unos minutos. Este tipo de sistemas de circuitos se utilizan en prácticamente todos los dispositivos electrónicos que nos acompañan en el día a día, desde juguetes hasta estaciones espaciales.
Gracias a este invento, los ingenieros que crean crear sus dispositivos tendrán un quebradero de cabeza menos, ya que con esta impresora pueden crear sus placas de circuitos en casa de forma rápida sin necesidad de gastar un tiempo crucial o de afrontar los altos gastos que supone encargar uno de estos sistemas. Además, a lo largo de un proceso creativo de este tipo se suele necesitar del orden de 20 prototipos diferentes hasta llegar al resultado final. Este proyecto ha sido galardonado con 30.000 libras (unos 42.000 euros) y además ya ha conseguido reunir más de medio millón de dólares canadienses en Kickstarter.
Junto a este ganador, también encontramos dos finalistas que recibirán 2.500 libras. El primero de los proyectos es Express Dive. Se trata de un sistema de buceo compacto de aire comprimido que nos ofrece dos minutos de respiración bajo el agua. Una de sus grandes ventajas está en la sencillez con la que se puede recargar, ya que una vez que pasa el tiempo el buceador sólo tiene que volver a la superficie y presionar un botón para que el sistema se recargue y pueda volver a las profundidades. Pero además, la sencillez de este diseño permite crear un dispositivo que tenga un precio de alrededor de 400 euros, respecto a los 3.000 euros que cuestan los sistemas de buceo de iniciación actuales.
El segundo proyecto ganador es Green Fairy. En este caso, se trata de un sistema pensado para introducir en lagos y ríos que se encarga de llevar a cabo un proceso de filtrado para evitar la propagación de las algas (que pueden convertirse en un verdadero problema para la supervivencia de otras especies en el entorno marino) y que también servirá para que los peces puedan alimentarse. Entre los proyectos más interesantes en España tenemos un sistema de vigilancia con dron para las costas españolas o una batería autónoma capaz de recargarse con el propio movimiento del cuerpo.