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Según varias investigaciones, ha habido una disminución importante en el interés del público por las Google Glass. Según se informa, los compradores de estas gafas inteligentes, los llamados «Exploradores», y los desarrolladores de software han cambiado de opinión sobre este wearable.

Los primeros han intentado deshacerse del portátil poniéndolo a la venta. Por su parte, los segundos han dejado de trabajar en el software para que el dispositivo incorporase mejores funciones. Por lo tanto, la compañí­a de Mountain View tiene un reto importante que superar en la segunda generación de las Google Glass, que se supone que se presentará en 2015.

Como ya os contamos hace unos dí­as, la compañí­a habrí­a llegado a un acuerdo con Intel por el que la empresa estadounidense se encargarí­a de incorporar los procesadores de las gafas. Pues bien, hoy nos ha llegado una patente respaldada por Google que se supone que es el diseño definitivo de la segunda generación de las Google Glass. Esta información ha sido recogida por el medio Phonearena.

La licencia de la que os hablamos está catalogada con la identificación D718,765 y ha pasado una certificación oficial hace unas horas. Además, lleva por tí­tulo «Diseño ornamental para un dispositivo de visualización portátil», por lo que todo indica que se trata de la siguiente versión del wearable de Google. Tal y como muestran las imágenes, las gafas inteligentes contarán con un diseño mucho más delgado que, aparentemente, será más ligero y más fácil de llevar.

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A diferencia de la primera generación de las Google Glass, las sucesoras parece que no tendrán que cargar con el aparato que se colocaba justo debajo de la oreja derecha del usuario. Por el contrario, parece que todo el hardware del wearable estarí­a incorporado en la montura de las gafas. Obviamente, por el momento, Google no ha confirmado nada, pero todo apunta a que éste será el próximo diseño de uno de los wearables más revolucionarios de los últimos años.

Este dispositivo portátil se presentó en el 2012 y, desde entonces, la compañí­a ha tenido que superar algunos problemas que afectan al terminal. Lo primero de todo, el estigma social que supone pasear por la calle con un equipo que la gente no está acostumbrado a ver. Por otra parte, tení­an que aclarar si su objetivo serí­a el sector profesional o particular. Ayer descubrí­amos la respuesta a la segunda pregunta, y todo apunta a que la segunda generación de las Google Glass estarán diseñadas para ayudar a los trabajadores.

Al parecer, las Google Glass servirán para optimizar el trabajo en los centros médicos, hospitales y lí­neas de producción de fábricas. Estos destinos se alejan bastante de lo que la compañí­a planteó en un principio, pero puede ser una buena forma de expandirlas en el mercado. La compañí­a de Mountain View cree que las gafas serán útiles para aquellos empleados que necesiten trabajar con las manos mientras leen información en la pantalla de las mismas.

Otra barrera que tendrán que superar será su precio, y es que es que no todo el mundo puede gastarse hoy en dí­a 1500 dólares (unos 1200 euros) en un wearable.

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