Hace muy pocos días conocimos el aspecto y la figura del primer teléfono móvil con pantalla curva del mercado. Se trataba del Samsung Galaxy Round, un smartphone que cuenta con las mismas características del recién presentado Samsung Galaxy Note 3, pero que incorpora una pantalla OLED de 5,7 pulgadas con un diseño ligeramente curvado. Sus ventajas son numerosas, pero hoy no estamos aquí para hablar de la pantalla de este smartphone. Y es que en las últimas horas se ha sabido que la compañía Samsung estaría preparada para producir de forma masiva las baterías curvas que necesariamente debe producir si quiere que sus próximos dispositivos – o parte de ellos – cuenten con una pantalla curvada de verdad. Y es que el Samsung Galaxy Round que se presentó hace unos días no cuenta con toda la curvatura que muchos esperaban, ni tampoco lleva integrada una batería flexible. La pieza que incorpora el Samsung Galaxy Round es una batería idéntica a las tradicionales, pero un poco más alargada. Lo que ha hecho el fabricante coreano es simplemente adaptar una batería tradicional a un diseño más rectangular, apto para este equipo.
No ocurre lo mismo con el LG G Flex, el primer smartphone con panel flexible que LG dio a conocer hace muy pocos días. La batería que incluye este equipo, por ejemplo, sí tiene una arquitectura claramente curva. Ahora parece que el proyecto de Samsung avanza en este sentido. Medios coreanos afirman que la compañía ya está preparada para empezar a fabricar sus primeras baterías curvas (o con un alto grado de deformación). Esto podría repercutir directamente en el tamaño de la batería que encontraremos dentro del próximo equipo, seguramente más grande y potente que la anterior. No hay que perder de vista que la capacidad actual de la batería del Samsung Galaxy Round es de 2.800 miliamperios, mientras que la del Samsung Galaxy Note 3 llega a los 3.200. Hay que tener en cuenta que este tipo de baterías no cuentan con la misma tecnología que ya hemos visto en otras unidades flexibles de estado sólido. En este caso, los equipos todavía se encuentran en una fase muy primitiva de desarrollo que deberá perfeccionarse en los próximos meses.
El Samsung Galaxy Round llegó al mundo equipado con una pantalla OLED multitáctil de 5,7 pulgadas y una resolución de 1080 x 1920 píxeles. Al igual que su hermano, el Samsung Galaxy Note 3, funciona a través de un procesador Qualcomm Snapdragon 800 a 2,3 GHz con 3 GB de RAM. Dispone de una cámara fotográfica de 13 megapíxeles y disfruta de un excelente rendimiento en el apartado de la conectividad. La curvatura de la pantalla mejora de manera sustancial los reflejos que se tercian habitualmente sobre los paneles de cristal. También se ha detectado una reducción importante del brillo, puesto que el panel OLED no incorpora la clásica cubierta de vidrio que llevan todos los smartphones. Es por eso que las imágenes lucen más vivas e impactantes. Los usuarios también notarán que gracias a la ligera curvatura del panel tienen más privacidad a la hora de utilizar su teléfono en espacios públicos o con otras personas alrededor.