Es una sopresa, aunque quizá no lo sea tanto. El caso es que Google, que tradicionalmente ha sido una empresa de software y servicios, parece cada vez más interesada en el mercado de los dispositivos. O al menos eso es lo que se deduce de un informe del Wall Street Journal, en el que se afirma que Google está preparando una consola y un reloj inteligente basados en Android. Este movimiento, según las fuentes consultadas por el diario, tendría la intención de atacar a uno de sus principales rivales, Apple. Seguro que ya has leído sobre el rumor de que la empresa de la manzana está trabajando en su propio reloj inteligente, pero quizá lo de la consola te sorprenda, ¿no? Todo cobra más sentido, al saber que la próxima versión de Apple TV podría incluir juegos. El interés de Google por el hardware no es nada nuevo, por una parte ya tienen la gama de smartphones y tablets Nexus, a la que se espera que se espera que se una finalmente Nexus Q, el centro multimedia presentado el año pasado pero que todavía no se ha comercializado. Y, por otra parte, está la adquisición de Motorola. En su momento, se dijo que la razón de esta compra eran las patentes registradas por el fabricante de móviles. Sin embargo, el proyecto del smartphone Moto X sigue adelante.
La razón de fondo de esta guerra, especialmente en lo relacionado con los juegos, y razón por la que Google está preparando su propia consola Android no se centra en las ventas de dicho dispositivo. Es más, probablemente, cuando salga a la venta lo haga por un precio cercano al de producción. Es decir, que el margen de beneficios por cada unidad vendida sería mínimo. Entonces, ¿cuál es el negocio? Pues el mismo que ya lleva varios años dando mucho, muchísimo dinero a Apple, las apps. El modelo de negocio de software para móviles (y después tablets y otros dispositivos) nació sin demasiadas expectativas. Cabe recordar que las primeras versiones de iOS y el primer iPhone no se basaban tanto en apps como en aplicaciones web. Sin embargo, en poco tiempo se han convertido en un negocio muy lucrativo, en el que Apple y Google sólo ponen la plataforma de venta (App Store y Google Play respectivamente) y obtienen un porcentaje de cada venta efectuada. Ambas empresas ya cuentan con miles y miles de juegos para sus plataformas, iOS y Android, si bien la política de Google con su sistema operativo para dispositivos, ha propiciado que Android ya esté presente en muchos más que iOS, que se circunscribe exclusivamente a los gadgets de Apple. A este respecto, esta misma semana Ouya, una consola basada en Android, ha salido a la venta por 99,99 dólares. Y cabe esperar que el planteamiento (tanto por tamaño y tipo de diseño, como por precio) de la consola de Google sea similar.
En cuanto al reloj inteligente de Google, el movimiento no está tan claro. Sí que es evidente que este año muchos fabricantes han apostado por los smartwatches, quizá empujados por el rumor constante de que Apple también va a presentar uno. Hoy mismo hemos sabido que Foxconn ha presentado un reloj inteligente compatible con iPhone. Y hace apenas unos días, supimos que el Sony Smartwatch 2 llegará en septiembre. Por no hablar de otros fabricantes, como Samsung y Acer, que también han anunciado que están en ello. Por lo tanto, cabe entender que puede haber una oportunidad de negocio en ese sector. Sin embargo, en el caso de Google surgen algunas dudas, aunque todas giran alrededor del mismo concepto. Está claro que, de una u otra manera, esta empresa ha sabido ir ganándose un hueco en nuestras vidas: primero con el buscador, después con otros de sus servicios y, de un tiempo a esta parte, con Android. Esto se traduce en que, a día de hoy, si todo lo que depende de Google desapareciera, más de uno se vería en un serio aprieto, especialmente quienes confían en la empresa para gestionar datos y documentos.
Ahora, imagina cómo podría crecer ese nivel de dependencia, si en un tiempo dependes directamente de tu reloj para no pocas cosas. Al tratarse de un dispositivo que llevas siempre encima, que consultas de manera muy cómoda y rápida, y que con determinadas funciones (como Google Now) puede resultar algo muy práctico. Esto no es necesariamente malo, en realidad puede ser estupendo, pero, sin duda, le daría a Google todavía más control sobre nuestras vidas. Y si has leído a Orwell, quizá la idea empiece a darte un poquito de miedo.